Cuando se trata de beneficios REDD+, los hombres quieren efectivo y las mujeres desarrollo
En conmemoración del Día Internacional de la Mujer, 8 de marzo.
Cuando se trata de beneficios derivados de los proyectos de REDD+, los hombres y las mujeres tienen distintas preferencias: ellos prefieren incentivos en efectivo mientras que ellas se inclinan por beneficios no monetarios, señala Esther Mwangi, científica principal del Centro para Investigación Forestal Internacional (CIFOR).
Mwangi, junto a un equipo internacional de investigadores, realizaron entrevistas a profundidad en hogares en Tanzania, Indonesia y Perú, como parte de un paquete de trabajo que forma parte de un proyecto más amplio sobre REDD+ y tenencia.
En los tres países, además de las distintas preferencias de hombres y mujeres sobre los beneficios, los investigadores hallaron una correlación entre una mayor participación de las mujeres y una distribución más equitativa de los beneficios. Pero también encontraron un predominio masculino en diferentes etapas de la toma de decisiones, y que las personas (en su mayoría hombres) involucradas en las decisiones relacionadas con REDD+ tenían más probabilidades de estar satisfechas con la distribución de los beneficios.
Más allá de las preferencias por los beneficios, la evidencia muestra una mayor diferencia por género cuando se trata de contar con información sobre REDD+, y a la participación en el proceso de toma de decisiones sobre qué beneficios se distribuirían y de qué manera, donde los hombres fueron mucho más activos.
Mwangi presentó algunos de sus hallazgos a finales del año pasado en el 125.º Congreso Mundial de la IUFRO. En esta entrevista, en el marco de la celebración del Día Internacional de la Mujer 2018, nos cuenta en detalle sobre su trabajo y los recientes hallazgos.
¿Qué son los beneficios no monetarios?
Los beneficios no monetarios son incentivos materiales distintos de los pagos monetarios directos. Estos incluyen la construcción de aulas para niños de primaria, el suministro de implementos agrícolas, el suministro de agua potable, o incluso el desarrollo de capacidades en agricultura de conservación, por ejemplo.
En Perú, fue interesante descubrir que incluso estos beneficios no monetarios estaban diferenciados por género. Los hombres preferían materiales de construcción, asistencia técnica y capacitación, o plántulas de especies no maderables. Las mujeres, por su parte, preferían objetos o utensilios para el hogar, huertos orgánicos, animales para crianza, plantones de árboles maderables, textiles y artesanías. Por lo tanto, incluso la preferencia de los beneficios no monetarios se diferencia según el género.
En otro caso, durante un taller comunitario de retroalimentación en Tanzania, preguntamos a hombres y mujeres qué querrían que se hiciera de manera diferente si el proyecto REDD+ se reanudara en su aldea. Si bien las mujeres querían priorizar los beneficios no monetarios, también indicaron que estos beneficios no monetarios “tocan problemas de las mujeres”.
¿Cuáles son algunos de los factores que excluyen a las mujeres de la toma de decisiones sobre REDD+?
Hallamos que el doble de hombres que de mujeres participaban en la toma de decisiones sobre REDD+ en Tanzania, cuatro veces más hombres que mujeres en Perú, y aproximadamente la misma proporción de hombres y mujeres en Indonesia.
Nuestra definición del concepto de toma de decisiones sobre REDD+ se basó en si participaron en la decisión inicial acerca de si REDD+ debía o no implementarse en su comunidad; y si participaron en el diseño y la implementación de las actividades de REDD+. La mayoría de las mujeres indicaron que no tenían conocimiento sobre estos asuntos. Y las que sí los conocían, dijeron que no las invitaron a las reuniones en las que se tomaron esas decisiones.
La asimetría entre la participación de hombres y mujeres en la toma de decisiones forestales a menudo se basa en dos cuestiones interrelacionadas. En primer lugar, las instituciones forestales y los recursos forestales por lo general están dominados por hombres y, en segundo lugar, la toma de decisiones a nivel de las comunidades se produce en el ámbito público. Tradicionalmente, las mujeres están asociadas con el ámbito privado del hogar y la vida familiar.