- Piensa en manglar, piensa en agua
“Una cosa que no debemos olvidar cuando nos proponemos restaurar manglares es que tenemos que considerar dos componentes: reforestación e hidrología”, dice Teutli, quien explica que muchas veces quienes implementan acciones de restauración de manglares olvidan que estos son humedales.
A veces, “solo basta una ayudita”, dice, para reponer la hidrología del lugar que a su vez favorecerá la aparición de fauna y vegetación nativa por regeneración natural. Este es el caso de las zonas conocidas como Ciénaga del Progreso y la Curva de Yucalpetén, donde sus intervenciones han sido exitosas.
Según los investigadores, el primer paso para iniciar la restauración de estos lugares fue recuperar la hidrología, pero además establecieron una estrategia de plantación que tomó en cuenta el criterio de selección natural que ocurre en la naturaleza y entonces plantaron 10 propágulos cada vez, sabiendo que alguno sobreviviría. Y resultó.
- Restaurar no es (solo) reforestar
“Muchos proyectos de restauración de manglares toman como referencia principal la reforestación, que se hace en viveros y esto trae varios desafíos”, dice Teutli. “Por ejemplo, no necesariamente se planta la especie adecuada para el lugar, sino la más fácil de replantar”.
Otra pregunta constante, indica por su lado Herrera, es ¿por qué las plántulas de manglar de vivero muchas veces no sobreviven en el medio? La respuesta nos la brinda con una metáfora de paternidad: “esos plantones son como muchachos consentidos que no conocen el mundo. No todos están preparados para el sol, la salinidad, etc., entonces no sobreviven, como en la naturaleza se daría por selección natural”.
- Perspectiva ecosistémica o fracaso
Un tema adicional observado por los investigadores es que, en general, muchos proyectos de restauración de manglares no tienen en cuenta la escala espacial a trabajar. “La restauración de manglares no se ha enfocado, en general, en perspectivas de ecosistema sino como una replantación sin tener en cuenta los factores reguladores de las condiciones ambientales”, dice Herrera.
Esto parece tener relación con el fracaso habitual en la restauración de manglares, indica. En ese sentido, una conclusión obvia pero transcendental de su experiencia es la necesidad de concentrarse en la salud del ecosistema. “Si recuperamos la salud del ecosistema o mantenemos su resiliencia, podrá sobrevivir ante el aumento del nivel del mar, los huracanes u otros fenómenos que se esperan con el cambio climático”.
Para Herrera y Teutli, una aproximación ecosistémica para la restauración de manglares es clave: tener en cuenta los factores que regulan las condiciones ambientales, las especies facilitadoras, indicadores de salinidad, sedimentos, etc.
“No olvidemos que cuando vemos un manglar, debemos pensar en hidrología, sedimento y vegetación”, subraya Herrera. “No solo plantones”.
- No todos pueden restaurar
Otro aspecto importante que destaca Teutli es quién y cómo se hace la restauración. “Algunas acciones fallan porque quienes intentan restaurar no son profesionales de la restauración. La restauración requiere de una ingeniería ecológica y muchos factores a considerar más que solo reforestar”, enfatiza. Pero además llama la atención sobre la necesidad de volver a las bases de la ciencia. “Aunque no lo crean, estamos en una era donde la información básica necesaria ya no se genera. Hoy en día hace falta información sobre la ecología de la restauración de los ecosistemas, es decir la ciencia básica”.
“Existen fórmulas estándar, pero no siempre se pueden aplicar de forma general y para avanzar hay que obtener fórmulas específicas a cada lugar. Esto es información elemental que depende de las características del sitio y muchas veces no se tiene”.