DESENCAJES, COLISIONES Y CORTOPLACISMO
Al emplear el marco de la resiliencia legal y las escalas de análisis, esta investigación contribuye a una mejor compresión de las consecuencias de una crisis socio-ecológica.
Si la resiliencia aborda la capacidad de los sistemas socio-ecológicos para recuperarse, adaptarse y transformarse de frente a un cambio inesperado, la construcción de la resiliencia legal discute la manera en la cual la ley, las instituciones y las políticas son capaces de responder a dinámicas no-lineales en el contexto de cambios imprevistos. La construcción de la resiliencia legal, entonces, implica emparejar las escalas de los fenómenos socio-ecológicos con los arreglos legales e institucionales, promoviendo la flexibilidad frente a lo impredecible.
“Los conceptos legales y las jurisdicciones políticas no siempre están en línea con las fronteras poco claras de los sistemas socio-ecológicos, en un desencaje que puede minar la resiliencia del sistema y el goce del derecho humano a un ambiente sano y sustentable” (Libert et al., 2019: 4; traducción personal)
En el caso del brote de la roya del cafeto, las escalas de espacio y tiempo permiten analizar los desencajes en la respuesta a esta crisis socio-ecológica. Con su inicio en 2008 en Colombia, donde generó una baja de 31% en la producción cafetalera con relación al año anterior, la epidemia de H. vastatrix generó severas pérdidas en Centroamérica desde 2010, y en México desde 2012. A la vez, desde 2014-2015 se han reportado severas mermas en Ecuador y Perú. A pesar de tener un alcance regional, la respuesta al brote ha sido lenta, esporádica y aislada. En lo que McCook y Vandermeer (2015) han llamado una “epidemia neoliberal”, la roya del café se benefició de un contexto de cambios estructurales en las condiciones de producción del café, en la cual la colaboración internacional ha sido limitada, mientras las jurisdicciones subnacionales colisionaron con el gobierno federal de México sobre cómo manejar la crisis.
Con relación a la escala de tiempo, el estudio ilustra como el pensamiento a corto plazo llevó a las autoridades a promover intervenciones de urgencia en la región. Al enfatizar la productividad por encima de las estrategias de vida locales, las estrategias “apagafuegos” amenazan con generar mayores costos en el futuro, y contradicen soluciones basadas en la naturaleza en el largo plazo.
La investigación propone dos escalas adicionales de análisis. Por una parte, examinar las relaciones de poder facilita entender los intereses que se benefician de las respuestas a la crisis. Ante la ausencia de respuestas sólidas a la roya del cafeto, actores institucionales y privados implementan estrategias de intensificación que favorecen la cantidad por encima de la calidad del producto final, desconociendo así las condiciones ambientales y económicas de los pequeños productores marginados de esta región de montaña, quienes ahora enfrentan un aumento en la deuda rural y la vulnerabilidad ambiental.
Por otra parte, la modularidad como escala de análisis permite reconocer la importancia de los ecosistemas liminales (que no son bosque primario ni tierras degradadas) en la construcción de la resiliencia. Este estudio adopta la mirada analítica de la modularidad, entendida como la configuración espacial de parches de hábitat en un paisaje, donde una baja modularidad implica alta conectividad en el sistema, y una alta modularidad implica muchos pequeños parches aislados y baja conectividad en el sistema. Según argumentamos en este escrito, las políticas que apoyan islas de conservación (alta modularidad) y monocultivos de café sin sombra (baja modularidad) presentan un problema de encaje con la producción por parte de familias de pequeños productores de café bajo sombra dentro de áreas ricas en biodiversidad (media modularidad) en la Sierra Madre de Chiapas.