Hacia una visión ecorregional para la restauración de paisajes en América Latina
Las razones detrás de los compromisos internacionales de restauración de paisajes son muchas: contribuciones voluntarias de gobiernos hacia metas globales (Desafío de Bonn, por ejemplo), acciones en el marco de pactos vinculantes como el Acuerdo de París, iniciativas globales por la diversidad y los recursos como las Metas de Aichi, y más. Pero para que la restauración de paisajes sea efectiva y cumpla con su finalidad de recuperar ecosistemas para optimizar los usos de la tierra, plantar millones de árboles no es exactamente la única receta.
“La restauración de paisajes no necesariamente se concentra en maximizar cobertura arbórea; puede ser maximizar usos con sistemas agroforestales, plantaciones para bioenergía o conservación de bosques”, dijo el investigador del Centro para la Investigación Forestal Internacional (CIFOR) y líder del equipo de manejo forestal y restauración Manuel Guariguata en un panel realizado recientemente en Lima, Perú.
Guariguata presentó resultados de un reciente estudio que analiza el estado, limitantes y oportunidades de las iniciativas de restauración de cuatro países latinoamericanos: Colombia, Ecuador, Bolivia y Perú con un enfoque en los llamados bosques andinos.
CONDICIONES PARA LA RESTAURACIÓN
“La restauración de paisajes tal cual se concibe hoy es una actividad holística, socialmente inclusiva y participativa, y es una disciplina joven, aunque no exactamente nació con el Desafío de Bonn”, aclaró Guariguata.
El estudio en mención buscó identificar las diferencias y/o similitudes en estos países, observando que si bien comparten cultural y ecológicamente algunas similitudes, hay un desarrollo diferencial en cuanto a marcos legales, normativos y de políticas en cuanto a sus aproximaciones a la restauración de paisajes.
Bosques andinos tiene diferentes concepciones a nivel de los cuatro países, pero en términos generales se caracterizan por una elevación por encima de los dos mil metros y con cobertura abundante".
La participación e involucramiento de actores en las iniciativas de restauración también difiere en cada país, según el estudio. Además, evidenció que la definición de ‘’bosques andinos’’ puede variar entre ellos.
“Bosques andinos tiene diferentes concepciones a nivel de los cuatro países, pero en términos generales se caracterizan por una elevación por encima de los dos mil metros y con cobertura abundante”, indicó Guariguata.
La investigación también apuntó a identificar vacíos de conocimiento asociados a herramientas de planeación y priorización en la restauración de paisajes: “un buen diseño es un buen comienzo”, destacó Guariguata.
ESTADO DE LA RESTAURACIÓN EN CUATRO PAÍSES
La investigación que presentó Guariguata es un esfuerzo de varias organizaciones que incluyen además de CIFOR al Programa Bosques Andinos, facilitado por Helvetas y CONDESAN. Este ha observado la aproximación a la restauración de paisajes en los cuatro países andinos, analizando si tienen o no compromisos, planes de ejecución, metas cuantitativas, mecanismos claros de implementación, indicadores claros de resultados e inclusión de acciones locales en un contexto supranacional.
Así, se evidenció por ejemplo que en Bolivia, el estado de la disciplina de restauración es incipiente y que en general aún no se considera una necesidad nacional la restauración de paisajes.
Perú por su lado, aunque es parte de compromisos globales como el Desafío de Bonn y la Iniciativa 20×20, aún no ha completado su llamado plan nacional de restauración de áreas degradadas, indica el estudio, que también observa un potencial para la restauración de sus llamados bosques nublosos.
El continente necesita una visión que pueda adecuarse a las realidades de cada país y también un objetivo común’’.
Ecuador es uno de los países que ya cuenta con un plan nacional de restauración, pero apunta sobre todo a reducir la deforestación y las fronteras agrícolas. Según el estudio, sin embargo, no se ha incluido a otros sectores involucrados en la deforestación: “el divorcio sectorial es algo muy común en la región y necesita ser atendido’’, dijo Guariguata.
Finalmente Colombia es el país con mayor experiencia en cuanto a iniciativas de restauración, que cuenta ya con un plan nacional y que presenta una gran oportunidad para la restauración, especialmente de sus bosques andinos que proveen agua a las poblaciones.
RETOS ECORREGIONALES Y CÓMO ABORDARLOS
Si bien la investigación compila extensa información de la aproximación a la restauración de paisajes en cada país, el investigador también destacó los desafíos ecorregionales comunes a las distintas iniciativas y cómo podrían potenciarse esfuerzos eco-regionales, para ayudarse o alinear sus ambiciones. Al respecto el estudio recomienda:
- Los planes de restauración deben transcender ciclos presupuestales anuales y gobiernos, la restauración es intrínsecamente un proceso a largo plazo y requiere planificación en el tiempo y más allá de gobiernos de turno.
- Se necesitan en práctica mecanismos legales e incentivos que garanticen la permanencia de los ecosistemas restaurados y una estructura institucional que brinde seguimiento a los proyectos, garantizando así que las áreas que fueron restauradas se queden restauradas.
- Establecer sistemas de acopio de información de monitoreo local y nacional. Diversos estudios han demostrado que el monitoreo no ha sido una parte bien priorizada de los proyectos de restauración, siendo el mecanismo para evaluar si los esfuerzo realmente ofrecerán resultados eficientes.
- Urge la integración de la sociedad civil en los proyectos e iniciativas de restauración, los esfuerzos aún son débiles según evidenció el análisis.
- Establecer estándares que definan los criterios para evaluar la calidad de las acciones de restauración del paisaje forestal, que aseguren la recuperación de paisajes multifuncionales
Guariguata destacó además el gran potencial para los países si se vinculan con iniciativas globales y regionales que trabajan y estudian actualmente las posibilidades de la restauración.
“Los países pueden unirse al Global Partnership on Forest and Landscape Restoration por ejemplo, o en una aproximación más regional vincularse a iniciativas como la Sociedad Iberoamericana y del Caribe de Restauración Ecológica (SIACRE) o el Desafío de Bonn Latinoamérica”.
“El continente necesita una visión que pueda adecuarse a las realidades de cada país y también un objetivo común”, resaltó.
Para más información sobre este tema puede contactar a Manuel Guariguata en m.guariguata@cgiar.org
Foto de portada por Mokhamad Edliadi/CIFOR.
El análisis mencionado en esta entrevista fue concebido por CIFOR y el Programa Bosques Andinos, facilitado por Helvetas Swiss Intercooperation y CONDESAN. De parte de CIFOR, contó con el apoyo financiero del Programa sobre Bosques, Árboles y Agroforestería del CGIAR y del Programa KNOWFOR del Departamento de Desarrollo Internacional del Reino Unido (DFID-UKaid).
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