Las crisis de la Tierra, el clima y otros de nuestros mayores bienes comunes urgen de acción colectiva
La XVII Conferencia Bienal de la Asociación Internacional para el Estudio de los Comunes (IASC 2019), que se celebrará próximamente en la Pontificia Universidad Católica del Perú, en Lima, promete reunir a más de 400 investigadores multidisciplinarios, profesionales y responsables de la formulación de políticas que trabajan para mejorar la gobernanza, promover el entendimiento y proponer soluciones sostenibles para los [bienes] comunes.
Pero ¿qué son los [bienes] comunes (commons en inglés)?
Este concepto puede ser difícil de entender en un primer momento, pero hay dos cosas que parecen ser intrínsecas a él: “recursos compartidos” y “gestión colectiva”. De ahí su importancia para la ciencia de los bosques y el medio ambiente, en especial si consideramos que el planeta o el clima también pueden ser bienes comunes, y tomamos en cuenta la necesidad colectiva (y ahora urgente) de encontrar soluciones para un futuro sostenible para todos.
Para comprender este concepto y sus vínculos con la investigación forestal, conversamos con Anne Larson, científica principal y líder del equipo de Equidad, Género, Justicia y Tenencia de CIFOR, que también es miembro del comité organizador de la XVII Conferencia Global IASC, que se realizará del 1 al 5 de julio próximos en la capital peruana.
La delegación IASC 2019 de CIFOR presentará una gran variedad de temas sobre la gobernanza de los bienes comunes, que incluyen experiencias y reformas de tenencia colectiva, el papel de los foros de múltiples partes interesadas para la toma de decisiones sobre el uso de la tierra, las vías de inversión y los impactos luego de la transferencia de derechos sobre los recursos naturales, y más.
- ¿Cómo definiría “los comunes”?
El significado ha cambiado y se ha ampliado a lo largo del tiempo. En ocasiones se refiere de manera específica a la propiedad común, o un área que es poseída, compartida y manejada por un grupo de personas. También se refiere a la gestión colectiva de recursos, tales como bosques, pastizales, o agua. En realidad, me gusta la definición [que aparece] en el sitio web de IASC, que explica cómo ha surgido el término, sin ser demasiado técnicos. Y, por supuesto, es imposible dejar de mencionar a Elinor Ostrom, quien ganó el Premio Nobel de economía por su trabajo en este tema.
Hoy en día el término se usa para referirse a otros tipos de bienes comunes, como los “comunes” del conocimiento (como Wikipedia) y los “comunes” urbanos (espacios públicos en los que los ciudadanos se han organizado para reclamarlos para su uso compartido, como los jardines comunitarios). Incluso el clima global es un tipo de bien común. Ha surgido un nuevo interés en los “comunes”, en parte como una reacción contra el individualismo, en especial a medida que jóvenes de todo el mundo hacen presión a favor de enfoques y soluciones colectivas que se centren en el “bien mayor” por sobre los intereses individuales.
- ¿Qué otros ejemplos de [bienes] comunes puede mencionar?
R: Ya he mencionado algunos tipos de comunes, pero de manera más específica en relación con nuestro trabajo en CIFOR por lo general trabajamos en comunes de recursos naturales. En el sentido más estricto del término, los bosques, por ejemplo, a menudo son poseídos, mantenidos y/o manejados por grupos de personas. En especial, es probable que los pueblos indígenas tengan derechos, e incluso títulos, sobre los bosques y las tierras forestales como un colectivo. Dentro de su zona geográfica, las comunidades indígenas pueden designar ciertas áreas para uso individual o familiar, que serían similares a tierras privadas, pero los bosques (y los pastos) a menudo se manejan como comunes. Es decir, la comunidad desarrolla normas y reglas formales o informales para regular el uso del bosque, como la extracción de productos forestales no maderables o la tala. Estas normas por lo general varían (y en ocasiones además están sujetas a la legislación nacional) para productos extraídos para la venta frente a los de consumo doméstico. Puede haber diferentes reglas para el uso de áreas sagradas, para la caza o para recursos que son escasos. La totalidad del área ocupada por el colectivo por lo general se conoce como tierra comunal, mientras que las áreas administradas para uso común serían los comunes.
En términos más generales, la idea de comunes también se refiere de manera más amplia a la acción colectiva y a sus problemas. Si pensamos en los tipos de cambios que deben ocurrir con respecto a la gestión del planeta en su conjunto, frente a la amenaza del calentamiento global y la enorme pérdida de biodiversidad, estos problemas de manejo colectivo son relevantes para la forma en que gestionamos paisajes específicos, así como el impacto acumulativo de estas y otras decisiones sobre el planeta Tierra.
Creo que cuando vemos los problemas realmente importantes, como el cambio climático, como la disminución de la biodiversidad, el recordar que el planeta en sí es un bien común nos recuerda que estamos todos juntos en esto"
- Cómo gobernar de una manera efectiva los bienes comunes ha sido objeto de un largo debate en el mundo académico… ¿cuáles son los desafíos para la gobernanza de los comunes?
El desafío fundamental en cualquiera de los comunes es el potencial de que existan contradicciones entre los beneficios individuales y los colectivos. El conocido artículo de Hardin sobre la “tragedia de los comunes” sostiene que un grupo de individuos, actuando según su propio interés, siempre sobreutilizará y agotará un recurso compartido. Desde entonces, se han usado los ejemplos de Hardin para referirse a los recursos de “acceso abierto” en lugar de a los comunes, que, como dije, están en manos de un grupo, miembros de una comunidad que cooperan, que crean algún tipo de instituciones de gobernanza para manejar los recursos y prevenir su agotamiento o colapso.
Por lo tanto, esta cuestión de la gobernanza es fundamental para el éxito de los comunes, y la dificultad para crear instituciones eficaces y resilientes depende de una serie de factores, tanto internos como externos al grupo. En la literatura más “tradicional” sobre los comunes, se ha puesto el énfasis en las condiciones de la gobernanza interna, o en el surgimiento de instituciones colectivas (entendidas como reglas) para mejorar la gestión de los recursos de propiedad común.
Otros académicos, como aquellos que tienen un enfoque de ecología política, ponen más énfasis en las condiciones externas y su interacción con las internas. Por ejemplo, en un artículo que Iliana Monterroso y yo escribimos en 2013, sosteníamos que los comunes forestales que estábamos estudiando en Centroamérica exigían prestar una mayor atención a la historia y las políticas. Los comunes en sí mismos, es decir, los derechos que las comunidades locales habían ganado para poseer o utilizar dichas áreas, fueron el resultado de luchas locales, nacionales y, en algunos casos, internacionales. Y hasta hoy las comunidades de ese lugar siguen enfrentando disputas continuas por parte de quienes desean revertir sus derechos a la tierra y los recursos y/o explotarlos para su propio beneficio.
Por lo tanto, los desafíos son múltiples: intereses diversos dentro del colectivo, amenazas diversas al colectivo por parte de intereses externos que quieren el recurso, niveles de pobreza, opciones de medios de subsistencia, la calidad del recurso en sí, y etcétera, etcétera.