En el Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques en mayo se discutirá el rumbo del Acuerdo Internacional sobre los Bosques. Foto Coney Beare

En el Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques en mayo se discutirá el rumbo del Acuerdo Internacional sobre los Bosques. Foto Coney Beare

Cuando el Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques se reúna el próximo mes en Nueva York, la atención se centrará más en el foro y menos en los bosques.

La agenda más importante para los estados miembros de la ONU en las negociaciones será ponerse de acuerdo sobre el futuro del propio Foro, y en general sobre el Acuerdo Internacional sobre los Bosques (IAF, por sus siglas en inglés).

La búsqueda de acuerdos y definición de acciones para revertir la pérdida y mejorar los beneficios de los bosques, tendrá un papel secundario.

Ha habido un compromiso genuino y digno de elogiar en el IAF por parte de países, organizaciones internacionales, gobiernos nacionales y expertos, para hacer una diferencia real en la práctica.

Ese compromiso debe ser reconocido y respetado; después de todo, esta es la disposición de las Naciones Unidas para todos los tipos de bosques sin importar el lugar.

Dicho esto, surgen algunas preguntas: ¿El acuerdo representa un enfoque efectivo e incluyente de los temas concernientes a los bosques? ¿Qué resultados podemos esperar de las negociaciones del Foro? ¿Cómo puede la inversión de tiempo y dinero en el Acuerdo conducir a resultados apropiados para el desarrollo sostenible?

Durante los dos últimos años, los Estados miembros se han comprometido a revisar el Acuerdo y su eficacia, incluida una evaluación independiente que sirve de base para las conversaciones de mayo.

Aunque, el informe reconoce en términos la necesidad del Acuerdo, el informe identifica algunas áreas de gran preocupación, sobre todo el que el Fondo haya sufrido de una programación excesivamente rígida y no haya sido capaz de “reaccionar plenamente frente a algunos temas importantes nuevos, como el cambio climático, la gobernanza forestal, el comercio, la inversión y la valoración de los servicios ecosistémicos”.

En consecuencia, muchos temas relacionados con los bosques han sido cubiertos en otros acuerdos, en particular las tres convenciones de Río. El informe también expresa su preocupación de que el instrumento jurídicamente no vinculante sobre todos los tipos de bosques, (conocido comúnmente como “instrumento forestal”) del 2007, no haya sido aplicado de manera efectiva. También señala que “las relaciones causales directas entre el propio “instrumento forestal” y las acciones nacionales, no siempre son evidentes y pueden ser difíciles de probar”.

La evaluación también proporciona alternativas para el rumbo del Foro y el Acuerdo; todas sugieren la necesidad de mantener o incrementar acciones para lograr mejores resultados. Esto incluye una visión clara de que el Foro y el Acuerdo deben vincular los bosques a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y, por lo tanto, promover la integración de la temática forestal en la corriente principal de los esfuerzos por el desarrollo.

Entonces, ¿dónde encajamos nosotros? El Centro para la Investigación Forestal Internacional (CIFOR) forma parte del Acuerdo como miembro de la Asociación de Colaboración en Materia de Bosques (ACB), junto con otras 13 organizaciones internacionales cuyas misiones se relacionan o centran en los bosques.

La Asociación tiene dos tareas: primero, apoyar el proceso del Foro, y, segundo, desarrollar sus acciones conjuntas. Se trata de una asociación voluntaria sin financiación directa, y los miembros por sí mismos sustentan sus operaciones. Las acciones apoyadas por la ACB, lideradas por CIFOR, incluyen seis ediciones del Forest Day (2007-2012) y, posteriormente, el Global Landscapes Forum, donde intervienen socios que no necesariamente pertenecen al Acuerdo o el sector forestal. Los próximos debates sobre el rumbo del Acuerdo Internacional sobre Bosques envolverán discusiones sobre el papel del Acuerdo y cómo debería ser organizado de cara al futuro.

Entonces, ¿qué es lo que esperamos del undécimo periodo de sesiones del Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques el próximo mayo?

El equipo de revisión independiente concluyó que el Foro y sus predecesores, que se remontan a la  Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD) de 1992, han aprovechado mucho menos de su influencia sobre los bosques y la forestería de lo que se esperaba. En comparación, está claro que la CMNUCC con su mecanismo REDD+ ha ejercido más poder político, y desplegado y cosechado muchos más recursos en los últimos años. Del mismo modo, la Declaración de Nueva York sobre los Bosques del 2014  logró convocar a países, provincias, el sector privado y la sociedad civil, aunque no bajo los auspicios del Foro.

Teniendo en cuenta estos antecedentes, proclamar al Foro en su forma actual como la institución líder en las discusiones sobre los bosques a nivel mundial, podría ser todo un reto. Una oportunidad, sin embargo, podría ser la conformación de una plataforma para los diversos mecanismos relacionados con los bosques. Esta plataforma podría actuar como interfaz frente a los ODS, con la misión de asegurar que los bosques y la forestería tengan un perfil destacado e integrado en la agenda de desarrollo post-2015.

A su vez, se podría sugerir, que en las conversaciones de mayo, los Estados miembros centren más su atención en  nuevos acuerdos de asociación basados en algo substancial,  y tal vez menos en construir la segunda versión del Foro.