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FORESTS NEWS
 
En-Detalle   /   20 de junio 2024

Un viaje por las tres selvas tropicales
más extensas del planeta

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La isla de Borneo, en Indonesia, alberga la selva más antigua del mundo, una maravilla de 130 millones de años con árboles que alcanzan el tamaño de un edificio de 26 pisos y que se disputan la luz entre una cacofonía de simios, insectos y aves. 

Como otras selvas tropicales, se alimenta de “ríos voladores”, corrientes de humedad atmosférica que transportan vapor de agua a cuencas situadas a miles de kilómetros; y también alberga turberas, un tipo de humedales cuyos suelos orgánicos almacenan el doble de carbono que toda la vegetación del planeta. 

En todo el mundo, los bosques actúan como los guardianes de la biodiversidad de la Tierra, protegen los recursos terrestres e hídricos, estabilizan el clima global y sustentan los medios de vida de 1600 millones de personas, entre ellas unas 70 millones que pertenecen a los Pueblos Indígenas. 

Los líderes mundiales de 145 países se han comprometido a detener y revertir la pérdida de los bosques para 2030, pero el mundo sigue perdiendo el equivalente a casi diez campos de fútbol de bosque por minuto. 

En vísperas del 26º Congreso Mundial de la IUFRO, que se inaugurará en Estocolmo (Suecia) el 29 de junio, lo llevamos por un viaje por las tres selvas tropicales más grandes del mundo para explorar lo que significan para las personas y el planeta, su estado y cómo pueden gestionarse de forma sostenible para las generaciones presentes y futuras. 

 

La majestuosa selva amazónica

Más del 40 % de la selva tropical que queda en el planeta se encuentra en la Amazonía, que también alberga al menos el 10 % de todas las especies conocidas y a 385 grupos indígenas. 

En 2023, la deforestación en la Amazonía brasileña se redujo un 50 % interanual gracias a cambios políticos. Sin embargo, esto sigue siendo casi el doble de lo que se registró en 2012, cuando alcanzó un mínimo histórico.

 

La creciente producción de materias primas orientadas a la exportación, como la soya, el aceite de palma, la carne de vacuno, el cuero; y también la cocaína y el oro, se encuentran entre los principales motores de la pérdida de bosques en la región. Como señala el Global Forest Watch, crece la preocupación de que el círculo vicioso entre la deforestación, el aumento de las temperaturas y la sequía puedan convertir partes de la selva amazónica en una sabana.

 

Alrededor de un tercio de la Amazonía es ahora accesible por carreteras o ríos, lo que facilita la invasión humana y la fragmentación de los hábitats. Los bordes de los bosques, como consecuencia de la fragmentación, facilitan la propagación de incendios e interrumpen los corredores migratorios que las especies necesitan para sobrevivir y mantener sus poblaciones en números estables.

 

Mejorar la gobernanza de los recursos naturales, reforzar la aplicación de la ley e involucrar al sector privado en la mejora de las prácticas agrícolas son algunas formas de cambiar la trayectoria actual.

 
 

Otras prioridades son la lucha contra la pobreza, el aprovechamiento de los mecanismos de pago basados en  resultados y el desbloqueo de una bioeconomía anual de 8000 millones de dólares para 2050 mediante la introducción de productos forestales amazónicos producidos de forma sostenible, como las bayas de açaí y las castañas amazónicas en los mercados mundiales.

 
Vista aérea del bosque amazónico cerca de Manaos, Brasil. Foto por Neil Palmer/CIAT.
Loro de la Amazonía. Foto por Neil Palmer/CIAT. Photo by Neil Palmer/CIAT cifor.org blog.cifor.org If you use one of our photos, please credit it accordingly and let us know. You can reach us through our Flickr account or at: cifor-mediainfo@cgiar.org and m.edliadi@cgiar.org
Toma aérea muestra el contraste entre bosque y agricultura cerca de Acre, Brasil. Foto por Kate Evans/CIFOR-ICRAF.
Jean de Souza muestra los frutos de su trabajo. Foto por Kate Evans/CIFOR-ICRAF.
Medición de la degradación de la turba en la Amazonía de Perú. Foto por Kristell Hergoualc’h/CIFOR-ICRAF. Photo by Kristell Hergoualc’h/CIFOR cifor.org forestsnews.cifor.org If you use one of our photos, please credit it accordingly and let us know. You can reach us through our Flickr account or at: cifor-mediainfo@cgiar.org and m.edliadi@cgiar.org
 

Los bosques prístinos del Congo

La cuenca del río Congo alberga el segundo bloque más grande de selva tropical del planeta, la menos explorada y, según los científicos, el más poderoso en términos de absorción de carbono. También cuenta en su territorio a la mayor área de turbera tropical de la Tierra.

 

La mayor parte de los bosques de la cuenca del Congo se encuentra en la República Democrática del Congo (RDC), que tiene una de las poblaciones de más rápido crecimiento del mundo, una pobreza generalizada y es responsable de la mayor parte de los cinco millones de toneladas de carne de monte que se consumen anualmente en la región.

 

Los principales impulsores de la pérdida de bosques en la RDC son los sectores informales: la agricultura de roza y quema, la producción de carbón vegetal y leña, la tala y la minería; esta última, realizada sobre todo con fines de subsistencia, pero también para financiar a grupos armados a lo largo de la frontera oriental del país.

 

Mientras tanto, en países como Camerún, el caucho industrial, las plantaciones de aceite de palma y las operaciones de tala selectiva mal gestionadas están avanzando a expensas de los bosques, creando nuevos retos para su conservación y gestión sostenible.

 

Entre las prioridades para proteger la cuenca del Congo figuran la integración de los valores de los ecosistemas en los procesos de toma de decisiones, la oferta de alternativas para los millones de personas que trabajan en el sector informal y la mejora de la gobernanza, la planificación del uso de la tierra y la seguridad de la tenencia, también para los Pueblos Indígenas.

 
Conversión a madera en Yaounde. Foto de Ollivier Girard/CIFOR-ICRAF.
Un niño transporta leña de Kisangani a la aldea de Masako. República Democrática del Congo. Foto de Ollivier Girard/CIFOR-ICRAF.
Carpintero corta el tronco de un árbol talado en un bosque cerca del pueblo de Ovangoul. Región Centro, Camerún. Foto de Ollivier Girard/CIFOR-ICRAF.
Vista aérea de la torre Congoflux. Foto de Fiston Wasanga/CIFOR-ICRAF.
Mujer sentada sobre sacos de carbón cerca de Yaselia, provincia de Tshopo – RDC. Foto de Axel Fassio/CIFOR-ICRAF.
Vista de la aplicación Regreening Africa. Foto: Regreening Africa/Colectivo KANDS.
 

La selva ancestral del sudeste asiático

Los bosques del sudeste asiático son algunos de los más antiguos de la Tierra, y el único lugar donde se pueden encontrar elefantes, tigres, rinocerontes y orangutanes bajo el mismo dosel. La mayor parte del tercer bosque tropical más extenso del mundo se encuentra en Indonesia, y quedan extensiones contiguas principalmente en las islas de Nueva Guinea y Borneo.

 

En las últimas décadas, la demanda mundial de aceite de palma y pulpa de papel –materia prima de productos como la tela viscosa y el papel celofán–, así como las actividades de tala, construcción de presas y minería, han provocado la desaparición de gran parte de los bosques de la región.

 

Sin embargo, Indonesia ha reducido considerablemente los índices de deforestación en los últimos años. El país está invirtiendo en la trazabilidad de los productos agrícolas y está realizando esfuerzos transfronterizos para combatir la contaminación causada por la quema de bosques y turberas.

 

En el sudeste asiático, y en todo el mundo, se están realizando esfuerzos para mejorar las políticas y la planificación del uso de la tierra en consonancia con los derechos humanos y los últimos avances científicos; para aumentar la transparencia de las cadenas de suministro; y para crear incentivos financieros con vistas a garantizar el bienestar de las personas y el futuro de los bosques.

 
Un hombre de 45 años de Gede Pangrango, Dadin, pesca en el lago con una red tradicional. Foto de Ricky Martin/CIFOR-ICRAF.
Río Katingan y bosque de turberas en el pueblo de Parupuk, Katingan. Kalimantan Central. Foto de Nanang Sujana/CIFOR-ICRAF.
Actividades de los trabajadores de la cooperativa de plantaciones de aceite de palma de Muara Kaman Ulu Bina Tani, distrito de Muara Kaman, regencia de Kutai Kartanegara, Kalimantan Oriental. Foto de Ricky Martin/CIFOR-ICRAF.
Ibu Rosalina Impung, Kalimantan, Indonesia. Foto de Icaro Cooke Vieira/CIFOR-ICRAF.
El río Segama visto desde la plataforma del mirador del Borneo Rainforests Lodge. Foto de Greg Girard/CIFOR-ICRAF.

Desarrollo de la historia: Gloria Pallares | Producción de vídeo: Aris Sanjaya | Diseño web: Gusdiyanto | Coordinación de publicación: Mónica Evans

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Topic(s) :   Climate change Oil palm