Análisis

Donde se almacena la esperanza: Un viaje a la Bóveda Global de Semillas de Svalbard

Un esfuerzo global para proteger la diversidad que nos alimenta a todos
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El 25 de febrero de 2025, Éliane Ubalijoro depositó 120 000 semillas adicionales de 19 especies de árboles nativos de África, incluido el icónico baobab, en la Bóveda Global de Semillas de Svalbard. Foto de Michael Major / Crop Trust.

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Si usted ha seguido las noticias recientemente, es posible que haya encontrado muchas razones para la desesperanza. El constante eco de las crisis puede resultar paralizante. Sin embargo, en la gélida quietud de los paisajes de Svalbard, descubrí algo diferente: resiliencia, tangible y duradera, resguardada en una bóveda de permafrost en una remota isla del Ártico.

El 25 de febrero de este año, fui parte de algo realmente especial. En el corazón del remoto archipiélago de Svalbard, rodeado de imponentes montañas blancas y un mar oscuro, participé del primer depósito de semillas del año 2025 en la mayor instalación de respaldo para la diversidad de cultivos del mundo. Llevaba un cargamento pequeño pero invaluable: una caja con semillas del banco de germoplasma del Centro para la Investigación Forestal Internacional y Centro Internacional de Investigación Agroforestal (CIFOR-ICRAF).

La experiencia me llenó de una inmensa esperanza.

Científicos, investigadores y expertos provenientes desde Tailandia, Malaui, Zimbabue, Alemania, Georgia y otros países, se reunieron allí, cada uno llevando sus valiosas semillas, cuidadosamente selladas en cajas, hasta la bóveda mundial. A pesar de las distancias recorridas y de nuestras diferentes vidas, compartíamos un vínculo inquebrantable: el compromiso con un futuro mejor. Un compromiso para salvaguardar la diversidad genética que sostiene nuestro mundo. Un compromiso con la colaboración más allá de las fronteras por un planeta saludable y por comunidades prósperas.

Mientras nos turnábamos para llevar nuestras preciosas cajas de semillas a la bóveda, sentí el peso de esa responsabilidad—y el inmenso privilegio de ser parte de algo más grande que yo.

El 25 de febrero de 2025, Éliane Ubalijoro depositó 120 000 semillas adicionales de 19 especies de árboles nativos de África, incluido el icónico baobab, en la Bóveda Global de Semillas de Svalbard. Foto de Michael Major / Crop Trust

Exactamente 17 años antes, mi heroína Wangari Maathai estuvo en ese mismo lugar para celebrar la inauguración de la bóveda. En aquel día histórico, lleno de  alegría y esperanza, ella resaltó que “junto con los movimientos internacionales para salvar las especies en peligro de extinción y las selvas tropicales del mundo, es igualmente importante conservar la diversidad de los cultivos del mundo para las generaciones futuras”. Hoy, sus palabras resuenan más urgentes que nunca.

Puede parecer algo seguro ahora, pero la existencia de la Bóveda Global de Semillas de Svalbard nunca estuvo garantizada. Su creación requirió la dedicación y experiencia de científicos visionarios, junto con el apoyo y la generosidad del Gobierno noruego. Sin su determinación, no contaríamos con este recurso global para la seguridad alimentaria y nutricional de nuestro futuro.

Desde 2008, CIFOR-ICRAF ha estado a la vanguardia en la protección de la biodiversidad, asegurando más de 1 millón de semillas de 177 especies en la Bóveda Global de Semillas de Svalbard. Foto de Michael Major / Crop Trust

La Bóveda Global de Semillas de Svalbard es un símbolo de cooperación global. Dentro de la bóveda, no existen fronteras ni conflictos. Las semillas de Corea del Sur, por ejemplo, están junto a las de Corea del Norte. La bóveda es un testimonio silencioso de lo que es posible cuando nos elevamos por encima de las diferencias. Esta comunidad unida de depositantes ejemplifica lo que se puede lograr cuando naciones, instituciones y científicos trabajan juntos para preservar las semillas más importantes del mundo para las generaciones futuras.

Y, lo más importante, el banco de semillas es un testimonio de lo que podemos lograr cuando damos un paso atrás y reflexionamos sobre nuestra humanidad colectiva, cuando tenemos el valor de defender lo que sabemos que es correcto, cuando aprovechamos las soluciones existentes para el cambio y cuando nos desafiamos a pensar fuera de lo convencional.

Con esta última contribución, nuestro banco de germoplasma alcanzó un hito al depositar más de 1.1 millones de semillas de 177 especies de todo el mundo en  Svalbard. La diversidad de especies arbóreas en el banco de germoplasma de CIFOR-ICRAF, ahora resguardada en Svalbard, refleja la interdependencia global de las naciones en la conservación de los recursos genéticos vegetales. Cada depósito es un paso más hacia la preservación de la diversidad genética esencial para sistemas alimentarios resilientes y nutritivos en todo el mundo.

Los bancos de germoplasma, como el nuestro, son los guardianes silenciosos de la seguridad alimentaria, conservando semillas vitales para el sustento y la provisión de alimentos nutritivos a una población global en crecimiento. Protegen la diversidad de árboles y plantas del mundo y garantizan que tanto agricultores como científicos tengan acceso a la diversidad genética necesaria para adaptarse a un mundo en constante cambio, haciendo que nuestros sistemas alimentarios sean lo más resilientes posible.

Un enfoque particular de la colección de CIFOR-ICRAF es la recolección de semillas de árboles de especies nativas de África, las cuales son ideales para apoyar las aspiraciones de restauración de ecosistemas en el continente, así como otros objetivos, como la conservación de la biodiversidad y la adaptación al cambio climático.

Al proporcionar semillas de alta calidad para las especies adecuadas en los entornos apropiados, podemos fortalecer los ecosistemas en favor de la seguridad alimentaria, la biodiversidad, los medios de vida y la captura de carbono.

Invertir en sistemas de semillas de árboles nativos preserva nuestro patrimonio, protege la biodiversidad y puede contribuir a garantizar un futuro sostenible para las generaciones venideras.

A usted que está leyendo esto, le animo a reflexionar: ¿Cuál es el papel que va a desempeñar? ¿Qué puede hacer para que nuestra Tierra sea un lugar más verde y pacífico? ¿Qué semillas—literales o metafóricas—puede sembrar hoy para un futuro mejor? Atrévase a soñar en grande, como lo hicieron los fundadores de la Bóveda Global de Semillas de Svalbard, y no se desanime, pues los grandes sueños a menudo comienzan con pequeños pasos.

Como dijo Maathai una vez: “Son las pequeñas acciones de los ciudadanos las que marcan la diferencia. Mi pequeña acción es plantar árboles”.

Agradecimientos

*Éliane Ubalijoro es CEO del Centro para la Investigación Forestal Internacional y Centro Internacional de Investigación Agroforestal (CIFOR-ICRAF).

**La Bóveda Global de Semillas de Svalbard fue establecida por el Gobierno de Noruega en 2008. La responsabilidad general de la bóveda recae en el gobierno, bajo el Ministerio Noruego de Agricultura y Alimentos. Las operaciones diarias son supervisadas por el Centro Nórdico de Recursos Genéticos (NordGen) en virtud de un acuerdo entre el Ministerio, NordGen y el Crop Trust, que proporciona parte del financiamiento para la gestión de la bóveda.

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