Aunque la crisis climática sigue empeorando, el mundo no consigue dejar atrás a los combustibles fósiles que la agravan. Por eso se reconoce cada vez más la importancia de aumentar la captura de carbono.
El sector del uso de la tierra tiene un enorme potencial para secuestrar y almacenar más cantidades de carbono, considerando que se han perdido grandes cantidades a causa de la deforestación y la degradación, y parte de ello puede ser recuperado. Por ello, un número cada vez mayor de responsables políticos, representantes del sector privado y de la sociedad civil respaldan y amplifican los esfuerzos para restaurar los ecosistemas forestales degradados, proteger los que permanecen intactos y emplear más prácticas climáticamente inteligentes en las tierras que se utilizan para otros fines, como las técnicas agroecológicas en los paisajes agrícolas.
Sin embargo, la pregunta de si están teniendo estos esfuerzos un impacto a escala mundial había permanecido sin ser respondida.
“Dado que los bosques son el componente dominante del sumidero terrestre de carbono, necesitamos saber cuánto carbono atmosférico han estado secuestrando los bosques del mundo, dónde está almacenado y si las tendencias recientes son coherentes con el deseado fortalecimiento del sumidero terrestre de la Tierra”, afirman los autores de un nuevo estudio enfocado en responder a estas preguntas.
Para ello, un equipo internacional y multidisciplinar, dirigido por el Servicio Forestal de los Estados Unidos, analizó varias décadas de datos de la comunidad forestal mundial, combinándolos con estimaciones de la superficie forestal obtenidas por teledetección en los inventarios forestales nacionales y otros tipos de estudios terrestres.
Descubrieron que la cantidad total de carbono almacenada en los bosques del planeta se mantuvo estable en las décadas de 1990 y 2000, y se redujo ligeramente en la década de 2010.
Sin embargo, a nivel de biomas, se han producido cambios significativos, varios de los cuales son motivo de preocupación. Los sumideros de carbono de los bosques templados y tropicales han aumentado porque la superficie de este tipo de bosques se ha extendido. Pero ha disminuido en los bosques boreales debido a la intensificación de las perturbaciones; y también en los bosques tropicales intactos porque su superficie total se ha reducido.
En conjunto, según los coautores, el sumidero mundial de carbono terrestre ha crecido, lo que implica un aumento del sumidero de carbono no forestal, así como el considerable impacto de la reforestación y forestación a gran escala en términos de mejora de la captación de carbono.
Sin embargo, dos tercios de los beneficios de este aumento del sumidero de carbono terrestre han sido anulados únicamente por la deforestación tropical. “La medida más importante para mantener y aumentar el sumidero de carbono forestal es detener las emisiones derivadas de la deforestación y la degradación”, concluyen los coautores, “además de proteger las grandes reservas de carbono acumuladas durante siglos, especialmente en los suelos de los bosques boreales”.
Para ello será necesaria una cooperación internacional eficaz, incentivos financieros, legislativos y de otro tipo, sobre todo en los países tropicales; cadenas de suministro libres de deforestación y talas selectivas bien gestionadas, entre otros esfuerzos, señalaron.
“Aunque no se incluye el carbono del suelo, este recuento global subraya la importancia de la conservación sostenible de las áreas protegidas y la restauración del sector de tierras degradadas, especialmente en los trópicos”, dijo Daniel Murdiyarso, científico principal del Centro para la Investigación Forestal Internacional y Centro Internacional de Investigación Agroforestal (CIFOR-ICRAF) y coautor del estudio. “Las futuras prioridades de investigación deberían incorporar el carbono del suelo, incluido el de las turberas y los manglares, que almacenan entre tres y cinco veces más carbono que los bosques terrestres”.
El estudio también descubrió que los productos madereros recolectados anualmente aumentaron un 10 % en las tres décadas estudiadas. “Los productos madereros recolectados también necesitan un sólido escrutinio, a la luz de la contribución de las industrias basadas en la madera”, afirmó Murdiyarso.
En general, los resultados ofrecen un mensaje claro para proceder con cautela y no dar por sentadas las capacidades de carbono de los bosques. “Aunque el sumidero forestal mundial se ha mantenido intacto durante tres décadas, a pesar de las variaciones regionales, podría verse debilitado por el envejecimiento de los bosques, la continua deforestación y una mayor intensificación de los regímenes de perturbación”, concluyeron los coautores.
“Para proteger el sumidero de carbono del planeta, se necesitan políticas de gestión del suelo que limiten la deforestación, promuevan la restauración de los bosques y mejoren las prácticas de explotación maderera”.
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