De lo teórico a lo pragmático: ¿Cómo materializar el enfoque de paisaje en el terreno?
Durante los últimos seis años, los debates sobre cómo las actividades de manejo forestal sostenible pueden transformar la manera en que la comunidad internacional aborda la pobreza, la inseguridad alimentaria, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad han confluido dentro del movimiento del Global Landscapes Forum (GLF).
Tomando como base los principios del “enfoque de paisaje”, el movimiento GLF también busca promover un nuevo abordaje a los problemas del planeta, integrando un enfoque más amplio de territorios y demandas aparentemente en pugna para asegurar el equilibrio social, medioambiental y económico de los paisajes del mundo.
En ese sentido, el GLF, como el enfoque de paisaje, buscan resolver la presión del crecimiento poblacional y la demanda humana por recursos, los que exacerban la expansión e intensificación agrícola, y la extracción de productos básicos como madera, aceites vegetales y biocombustibles.
En la reciente conferencia principal del GLF en Bonn, Alemania, un equipo de científicos expertos en el tema, promovió una discusión sobre cómo avanzar hacia la implementación del enfoque de paisaje en la práctica.
La sesión Looking at the Past to Shape the Landscape Approach of the Future (Mirando al pasado para configurar el enfoque de paisajes del futuro), fue moderada por Terry Sunderland, investigador asociado del Centro para la Investigación Forestal Internacional (CIFOR) y catedrático de la Facultad de Ciencias Forestales de la University of British Columbia de Canadá.
Esta abordó los hallazgos de un trabajo de investigación dirigido el investigador por James Reed, de CIFOR, denominado “Integrated landscape approaches to managing social and environmental issues in the tropics: Learning from the past to guide the future” (Enfoques de paisajes integrados para manejar cuestiones sociales y medioambientales en los trópicos: Aprendiendo del pasado para guiar el futuro).
Pero también incluyó discusiones sobre un nuevo financiamiento que el Ministerio Federal del Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza y Seguridad Nuclear de Alemania (BMU) ha aportado para que CIFOR y sus socios trasladen el enfoque de paisajes desde discusiones teóricas a la implementación y analicen iniciativas de paisaje en marcha en Burkina Faso, Zambia e Indonesia.
“Es crucial moverse de los compromisos a la acciones”, dijo Sunderland, quien tuvo un rol fundamental en la formación del GLF, que es coordinado ahora por CIFOR, ONU Medio Ambiente y el Banco Mundial, gracias al financiamiento base proporcionado por el Ministerio Federal de Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza y Seguridad Nuclear (BMU) y el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ) de Alemania.
Sunderland, quien es también autor principal de un trabajo de investigación de gran relevancia denominado “Ten principles for a landscape approach to reconciling agriculture, conservation and other competing land uses” (Diez principios para un enfoque de paisaje que reconcilie agricultura, conservación y otros usos de la tierra en competencia), que fijó los fundamentos para las conversaciones en curso, dijo que es necesario ir más allá del diálogo, más allá de la retórica y avanzar de una vez hacia la implementación del enfoque.
“Necesitamos alejarnos de lo teórico, de lo político, de las conversaciones sobre desarrollo y acercarnos al entendimiento mucho más pragmático de cómo se materializan los enfoques de paisaje en el terreno”, señaló.
Los panelistas compartieron lecciones aprendidas de distintas iniciativas que han adoptado el enfoque de paisaje en todo el mundo.
TODO ESTÁ CONECTADO
Por su lado, Musonda Mumba, jefe de la Unidad de Ecosistemas Terrestres de ONU Medio Ambiente, enfatizó en la discusión la interconectividad de los paisajes. Por medio de observaciones de la actividad glacial en las Montañas Rwenzori, en la frontera entre la República Democrática del Congo y Uganda, ella llegó a comprender la magnitud del impacto que las actividades podrían tener aguas abajo y más allá de las fronteras del país.
“Miramos el sistema Rwenzori, si vemos un mapa del mundo y especialmente un mapa de África, vamos a notar que la mayoría de ríos que emanan desde esta región bajan hacia el Lago Victoria y, finalmente, hacia el sistema del Río Nilo”, explicó.
“Y, ¿cuántas personas viven en la cuenca del Nilo? Millones, ¿verdad? Mucha gente”, agregó. Este es un ejemplo de la interconexión de los paisajes.
Mumba confirmó evidencias similares en una investigación en Perú, explicando que su capital, Lima, es una ciudad asentada en el desierto que depende por completo del mantenimiento de fuentes aguas en las alturas para la provisión de hidroelectricidad y agua fresca a más de 10 millones de personas.
Para ella, formalizar la interconectividad de los paisajes es esencial: en 2015 se sellaron importantes pactos internacionales, incluyendo el Acuerdo de Paris sobre cambio climático, el Acuerdo de Sendai sobre la Reducción de Riesgos de Desastres y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU (ODS), todos los cuales brindan un marco vital para formalizar esta interconectividad.
“El ODS 15, Vida de Ecosistemas Terrestres, es la madre de todos los otros ODS”, dijo. “No podemos existir sin la tierra y nuestros sistemas alimentarios se basan en ella: No se pueden dividir los paisajes. Cada uno es muy intrincado y todos están complejamente entrelazados a otros”, recalcó.
No podemos existir sin la tierra y nuestros sistemas alimentarios se basan en ella: No se pueden dividir los paisajes. Cada uno es muy intrincado y todos están complejamente entrelazados a otros"
AMPLIANDO LA ESCALA
La catedrática Mirjam Ros-Tonen, profesora asociada de la University of Amsterdam de los Países Bajos, estudió las iniciativas a nivel local o de pequeña escala para evaluar su potencial para convertirse en proyectos de paisaje a mayor escala.
En su estudio examinó proyectos agroforestales de cacao en Ghana que incluían reforestación y restauración del paisaje y que proveían de ingresos a los pequeños agricultores de la zona. Así supo que dichos proyectos estaban limitados a las chacras.
“Se necesitan asociaciones para expandir las actividades a una escala de paisaje y también para dar voz a los agricultores y ofrecerles oportunidades de organización propia y cambio autónomo”, afirmó Ros-Tonen.
“Primero, mira si se puede trabajar sobre las iniciativas locales y desde ahí crea alianzas con otros actores en el paisaje”, recomendó.
Luego de trabajar en al menos 50 iniciativas integradas de paisaje a gran escala, descubrió que patrones similares mostraban la necesidad de contar con plataformas conformadas por múltiples actores, que puedan planificar y conceptualizar una visión conjunta durante varias décadas, dijo Sara Scherr, presidenta y directora ejecutiva de EcoAgriculture Partners. Este proceso, dijo puede tomar de seis meses a tres años.
La implementación implica adherirse a cinco pasos clave, que deben incluir la expansión de la red de actores interesados, asegurar el respaldo financiero y un proceso de evaluación de las iniciativas. Los proyectos de planificación colaborativa requieren una visión de largo plazo, indicó Scherr.
“Se necesita un equipo de defensores del [enfoque de] paisaje provenientes de todo lado: organizaciones farmacéuticas, de agronegocios, de los gobiernos locales, de los gobiernos nacionales, líderes culturales: personas que trabajen juntas y que se comprometan con la visión de un paisaje transformado”, destacó.
Es importante mirar más allá de las etiquetas y centrarse en evaluar el avance en el largo plazo, teniendo en cuenta que tales enfoques deberían pensarse más allá del ciclo de proyectos típico, agregó.
Las contribuciones externas son elementales para el éxito de las iniciativas integradas de paisajes, afirmó por su lado Roderick Zagt, coordinador de programas de Tropenbos International. Aunque las personas con las que él trabajó entendían los problemas que enfrentaban y las consecuencias de diversas actividades, aún se pueden beneficiar de las perspectivas externas.
“No somos quien dirige el barco”, dijo Zagt.
“No podemos imponer esa visión, pero como facilitadores externos, pienso que deberíamos asegurarnos de establecer las condiciones, a través de un proceso de diálogo estructurado que permita que esta visión sea alcanzada”.
LOCALES Y A LARGO PLAZO
Sobre todo, los panelistas concordaron en que los enfoques de paisaje deben ser emprendimientos de largo plazo y de enfoque y propiedad local, a pesar de que su efectividad dependa con frecuencia del apoyo de recursos externos, agregó Reed.
“El consenso general siempre fue que el GLF debería brindar un mecanismo de intercambio de información para consolidar experiencias y conocimiento”, dijo. “Su misión futura podría servir para acrecentar y aclarar la base empírica, brindar orientación en estrategias de implementación y lecciones aprendidas hacia la consecución de paisajes verdaderamente sostenibles”, remarcó.
Esta investigación fue respaldada por el Ministerio Federal de Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza y Seguridad Nuclear (BMU) y el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo (BMZ) de Alemania.
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