Cómo un juego puede contribuir a una visión más sostenible de la palma aceitera
Este artículo es el primero de un especial del estudio global sobre Paisajes Adaptativos de Palma Aceitera.
Un grupo de agricultores del distrito rural de Kutai Kartanegara, en la provincia indonesia de Kalimantan Oriental, se ha reunido alrededor de lo que parece ser un juego de mesa común: hay fichas, tarjetas, dinero de juguete; las habituales piezas de juego. Pero los agricultores no solo están aquí para divertirse. Su objetivo principal es abordar un problema importante que afecta al medio ambiente y sus medios de vida: el tema de la palma aceitera.
Los pequeños productores de palma aceitera son evaluados a través de una serie de ejercicios de juegos de roles —que siguen el enfoque Companion Modeling, o ComMod—, para ayudarlos a comprender mejor cómo las decisiones que toman hoy pueden afectar su futuro y tener un impacto en el medio ambiente.
Este enfoque, que alguna vez estuvo reservado para juegos de guerra, se ha desarrollado y ampliado en las últimas dos décadas para incluir los complejos temas de los recursos renovables y la gestión ambiental.
Un consorcio de instituciones internacionales liderado por la Universidad ETH Zurich de Suiza, que utiliza ComMod para ayudar a trazar el rumbo hacia un aceite de palma más sostenible, y que incluye al Centro para la Investigación Forestal Internacional, CIFOR, ha puesto en marcha un proyecto de seis años denominado OPAL – Paisajes Adaptativos de Palma Aceitera-, que se desarrolla en Camerún, Colombia e Indonesia, algunos de los principales productores de aceite de palma en el mundo.
“Trabajamos con estudiantes de doctorado en cada país para desarrollar el juego desde cero. Comenzamos involucrándonos con las comunidades e identificando algún problema relacionado con el aceite de palma que les preocupe profundamente”, dice Anne Dray, investigadora de ETH.
Algunos temas han empezado a ponerse en evidencia: “Camerún se enfocó en los problemas de la cadena de suministro del aceite de palma, Indonesia examinó los cambios en el uso de la tierra impulsados por la palma aceitera, mientras que Colombia está considerando la biodiversidad”, comenta la investigadora.
El equipo identificó los elementos centrales del juego con las comunidades locales. Con esta información, empezaron a trabajar en el desarrollo del mismo y lo sometieron a pruebas para asegurarse de que funcionaba.
“Los juegos muestran lo que está sucediendo en estos momentos en los paisajes de palma aceitera. Los jugadores pueden explorar diferentes formas de gestionar sus tierras, y ver por sí mismos lo que les puede deparar el futuro y los peligros que deben evitar”, dice Heru Komarudin, investigador de CIFOR.
“Estamos utilizando este enfoque no solo con los pequeños agricultores, sino también con importantes partes interesadas y tomadores de decisiones en los tres países”, agrega.
EL MOMENTO “EUREKA”
Cada juego varía ligeramente dependiendo del problema, pero básicamente se juega en varias rondas y cada jugador asume un papel específico: agricultor, pescador, molinero, maderero, funcionario, propietario de plantación, etc. En cada ronda, los jugadores se enfrentan a diferentes escenarios y desafíos y deben tomar decisiones antes de continuar.
“En uno de los escenarios, los agricultores cortan los árboles y plantan palma aceitera para obtener dinero rápido. Pero más adelante en el juego, los pesticidas que utilizan contaminan el río y matan a los peces de los que dependen sus familias para alimentarse, por lo que se ven obligados a pedir prestado dinero para alimentar a sus familias”, dice Nur Hasanah, estudiante de Ph. D. de ETH Zurich.
“Algunos jugadores llegan incluso a gritar cuando se dan cuenta de lo que ha provocado su decisión”, agrega.