En un lado tenemos a la castaña, el producto forestal no maderable de mayor importancia económica en la cuenca del Amazonas. Es el sustento de miles de familias rurales y genera decenas de millones de dólares en exportaciones, aunque los recolectores enfrentan largos meses sin producción cada año. En otro lado tenemos a la madera, que proporciona una fuente estable de ingresos a los pequeños productores, pero potencialmente pone en peligro la producción de castañas.
¿Pueden ambos ser aprovechados en el mismo bosque? Esta pregunta acerca de la compatibilidad entre la madera y la castaña, valiosos productos forestales de los bosques de, Bolivia, Brasil y Perú es el tema central de un nuevo estudio del Centro para la Investigación Forestal Internacional (CIFOR).
“A menudo, las personas que tienen árboles de castañas son pequeños productores”, dice Manuel Guariguata, científico principal de CIFOR y coautor del estudio.
En una situación ideal, el bosque debería poder soportar múltiples usos”
“Muchos de ellos ven en la madera una alternativa para su seguridad económica, señalando que el ingreso potencial proveniente de la venta de madera justificaba algún riesgo para sus árboles de castañas. Entonces, quisimos saber si era posible lograr un equilibrio en el que el aprovechamiento de madera no comprometiera la producción de castañas en un árbol determinado”.
Tal equilibrio podría evidenciarse en los bosques ricos en árboles de castañas en el suroeste del Perú, señala el estudio.
“Descubrimos que la tala puede ser compatible con la producción de castañas, siempre y cuando no se extraigan más de dos árboles por hectárea”, dice la también coautora Cara Rockwell de la Universidad Internacional de la Florida.
“Sin embargo, cuando la madera fue extraída con una intensidad ligeramente mayor —tres o cuatro árboles por hectárea— la producción de castañas tendió a disminuir”, agrega Rockwell.
UN ÁRBOL MUY ESPECIAL
El árbol de castaña (Bertholletia excelsa) ha disfrutado durante mucho tiempo de un estatus especial en la Amazonia: su tala es considerada ilegal en los tres países mencionados, y su semilla es la única nuez comercializada internacionalmente que se cosecha en estado silvestre.
Pero también es difícil de manejar: esta especie autoincompatible requiere polen de otro árbol de castaña para producir frutos y, para reproducirse, depende de ciertas especies de abejas que abundan en el bosque. En resumen, se requiere mantener un alto nivel de variabilidad genética entre las poblaciones de árboles de castaña a fin de producir suficientes frutos para la temporada de cosecha.
En el año 2000, con el fin de proteger los árboles de castaña y promover las exportaciones, el Gobierno peruano adjudicó a particulares cerca de un millón de hectáreas en la región Madre de Dios, en el sureste del país, bajo un sistema de concesión a largo plazo. Estos bosques ricos en árboles de castaña están entre los ecosistemas con mayor biodiversidad y riqueza de carbono aéreo de toda América del Sur.
La aplicación de buenas prácticas madereras es por lo tanto esencial para el mantenimiento de su base de recursos”
Pero en las concesiones de castañas también crecen especies maderables valiosas.
En una situación ideal, el bosque debería poder soportar múltiples usos; sin embargo, un estudio anterior demostró que la práctica de la “gestión de usos múltiples” en los bosques ricos en árboles de castaña a menudo está plagada de restricciones técnicas, tanto de conocimiento como de regulación, afirma Rockwell.
“Los concesionarios de Madre de Dios querían saber si la tala de madera interfiere o perjudica la cosecha anual de castañas”, explica.
Los investigadores entrevistaron a a cinco concesionarios de castaña cuyos bosques cubrían una superficie total de cerca de 4.000 hectáreas. Estos afirmaron que durante las operaciones de tala se mantenían alejados de los árboles de castaña, algo que pudo ser confirmado por los investigadores en el terreno.
“Esto revela que los concesionarios cuidan los árboles de castaña”, dice Rockwell.
Pero el riesgo de daños debidos a la tala podría aumentar cuando los pequeños productores contratan a terceros para talar los árboles porque estos no tienen interés en el bienestar del ecosistema, según explica.
“La aplicación de buenas prácticas madereras es por lo tanto esencial para el mantenimiento de su base de recursos”, alerta Rockwell.
OBJETIVO: INTEGRACIÓN
Los resultados se presentan en un momento en que la demanda de madera está aumentando considerablemente en toda la región Madre de Dios, aunque la información técnica sobre cómo integrar la extracción maderera con el aprovechamiento de castañas permanecía inexplorada.
“Estos hallazgos podrían servir a las autoridades forestales como guía para el diseño de enfoques integrados de gestión”, afirma Guariguata.
Sin embargo, indica que en primer lugar las normas gubernamentales deberían simplificarse e integrarse.
“La recolección de madera y la de castañas están reguladas de manera muy diferente, a pesar de provenir de la misma parcela de bosque gestionada por el mismo concesionario”, explica. “Este exceso de regulación debería cambiar”.
En ese sentido, otro estudio reciente de CIFOR ofrece sugerencias a la sobreregulación del sector castañero en Madre de Dios, a favor de los pequeños productores. “Actualmente existen algunos cuellos de botella a lo largo de la cadena normativa en cuanto a la aprobación de la cosecha y el transporte, lo que genera trabas para el desarrollo de prácticas de buen manejo de la castaña en Madre de Dios”, indica Guariguata.
Estos hallazgos podrían servir a las autoridades forestales como guía para el diseño de enfoques integrados de gestión”
“La importancia de esta investigación es que se enfoca en los pequeños productores y en sus productos forestales no maderables”, señala Jaboury Ghazoul, profesor de gestión de ecosistemas en la universidad ETH Zurich.
“Transfiere algo de responsabilidad a la comunidad que maneja los bosques tropicales, incluyendo a los participantes en el mercado maderero internacional, para que reconozcan y respondan a las necesidades de las comunidades dependientes de los bosques en todo el mundo”, afirma Ghazoul.
Para obtener más información acerca de la investigación de CIFOR sobre castañas, madera y manejo forestal de uso múltiple, póngase en contacto con Manuel Guariguata en m.guariguata@cgiar.org
Esta investigación fue financiada por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). La investigación de CIFOR sobre bosques, cambio climático y sostenibilidad forma parte del Programa de Investigación de CGIAR sobre Bosques, Árboles y Agroforestería.
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