Habiendo alcanzado ya la segunda mitad del año, con la expectativa de llegar a un nuevo acuerdo sobre el clima en la próxima COP21 de París, conviene detenernos un momento para reflexionar acerca de algunos de los temas clave relacionados con el sector del uso del suelo y los bosques presentes en la mesa de negociación.
DERECHOS HUMANOS
Las últimas negociaciones relacionadas con el cambio climático han evidenciado un interés sin precedentes en los derechos humanos. Existen propuestas para incluir referencias a los derechos humanos en el Texto de Ginebra, así como diversos planteamientos para incorporar un ‘enfoque basado en derechos’ en el nuevo acuerdo, sobre todo en relación al uso del suelo y los bosques.
Hace poco, la Asociación Internacional de Abogados destacó que el cambio climático está socavando derechos humanos mundialmente protegidos, incluidos el derecho a la vida, la salud y la subsistencia.
En ese marco, destacados juristas han sostenido que la cobertura de los derechos humanos en el Texto de Ginebra sigue siendo insuficiente. Durante el segundo periodo de sesiones del Grupo de Trabajo Especial sobre la Plataforma de Durban (ADP), 18 países suscribieron el Compromiso de Ginebra sobre Derechos Humanos en Acción Climática, haciendo un llamado al fortalecimiento de la relación entre ambas problemáticas.
Y aunque múltiples acuerdos internacionales que incluyen el tema de los ya están en marcha, las partes tendrán que debatir cómo incorporar procesos pertinentes en un nuevo acuerdo climático.
SINERGIAS MITIGACIÓN – ADAPTACIÓN
No es de extrañar que las sinergias entre mitigación y adaptación estén recibiendo más atención ahora, pues el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) ha proporcionado resultados científicos muy útiles respecto a esta temática en su Quinto Informe de Evaluación (AR5),
El AR5 reconoce que las políticas que regulan las prácticas agrícolas, así como la conservación y el manejo forestal, son más eficaces cuando se incorporan tanto la mitigación como la adaptación y, sobre todo, se reconoce que REDD+ puede brindar cobeneficios en materia de adaptación.
Un buen ejemplo es el de los proyectos de restauración de manglares que reducen las emisiones, secuestran carbono, aumentan la resiliencia y mejoran los medios de vida. Una de las ventajas de incluir las sinergias entre la adaptación y la mitigación en un nuevo acuerdo es que se podría evitar los impactos negativos de las acciones de mitigación en la adaptación (mala adaptación) y viceversa.
Para ahondar en el enfoque, el texto del Compromiso de Ginebra incorpora una propuesta para un Mecanismo de Resiliencia Climática y Desarrollo Sostenible. El tema de las sinergias también está presente en la agenda de discusión de la sesión 42 del Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico (OSACT), a consecuencia de una propuesta para el desarrollo de un mecanismo conjunto de mitigación y adaptación como un enfoque no relacionado con el mercado para la gestión forestal sostenible.
Las Partes tendrán que debatir seriamente estas sinergias y vínculos y el potencial para mejorar la resiliencia, alcanzando beneficios no derivados del carbono en REDD+ e impulsando actividades relacionadas con la tierra y los bosques que generen múltiples beneficios, en particular la adaptación.
EMISIONES NETAS CERO
El texto del Compromiso de Ginebra contiene un objetivo para alcanzar emisiones netas cero, lo que ha llamado la atención de aquellos interesados en el sector del uso de la tierra.
Ello se debe a que para alcanzar el objetivo de emisiones netas cero son necesarias grandes cantidades de carbono secuestrado, lo que depende de emisiones continuas, que a su vez tiene consecuencias potencialmente importantes para el sector del uso del suelo. El texto de Ginebra también refleja este enfoque de “emisiones netas cero” en la sección de definiciones, donde la reducción de emisiones se describe como “la suma de todas las emisiones reducidas y el aumento de las reservas de carbono”.
El AR5 también reconoce la importancia de un enfoque “neto cero” y destaca una tecnología experimental conocida como bioenergía con captura y almacenamiento de carbono (BECCS por sus siglas en inglés). Es posible que todavía se den muchas discusiones en torno a cada uno de estos temas, en particular respecto a los riesgos asociados con la BECCS y el enfoque “neto cero”, incluidos los riesgos para la seguridad alimentaria, los derechos de los pueblos indígenas, las comunidades locales y la biodiversidad.
Un desarrollo interesante sería si un enfoque “neto cero” y tecnologías como la BECCS generan espacios dentro de las negociaciones de salvaguardas además de las establecidas para REDD+, pero relacionados de forma más general con el sector del uso del suelo.
REDD+
Se espera que el nuevo acuerdo climático reconozca a REDD+, aunque el entusiasmo inicial se ha perdido debido a la falta de financiamiento y a los problemas enfrentados por muchos países en su aplicación más allá del nivel subnacional.
Pero no sólo le deberíamos prestar atención a REDD+ en las negociaciones ADP. También quedan pendientes temas funcionales dentro del OSACT, como parte del Marco de Varsovia para REDD+.
Las Partes parecen incapaces de llegar a un acuerdo respecto a las nuevas directrices sobre los sistemas de información en salvaguardas, los beneficios no derivados del carbono y los mecanismos no relacionados con el mercado. Mientras no se resuelvan, la implementación de REDD+ por parte de los países se verá debilitada, así como su impulso global.
PUEBLOS INDÍGENAS Y LAS COMUNIDADES LOCALES
Este tema está recibiendo mayor atención en las negociaciones sobre el clima desde los acuerdos de salvaguardas de REDD+ logrados en Cancún durante la COP16, pero aún persisten importantes desafíos. En las secciones sobre adaptación, compromisos y creación de capacidades del texto de Ginebra, las acciones se encaminan a garantizar el reconocimiento del saber tradicional de los pueblos indígenas.
Esta inclusión, si bien alentadora, presenta omisiones evidentes, como en la sección referente a la transparencia que propone principios del sector de la tierra. Tampoco hay menciones a los pueblos indígenas o las comunidades locales en las secciones sobre mitigación.
Además, muchas referencias mencionan únicamente a los pueblos indígenas y no a las comunidades locales, una aclaración importante en línea con la decisión sobre las salvaguardas REDD+ de Cancún. Otro tema importante es el de la propiedad intelectual asociado al conocimiento de los pueblos indígenas.
El apoyo de los pueblos indígenas y las comunidades locales para las actividades de mitigación y adaptación dentro de sus territorios es fundamental para su éxito y para el de cualquier acuerdo futuro sobre el clima.
PRINCIPIOS DEL SECTOR DE LA TIERRA
En el texto de Ginebra se propone un marco de transparencia único/común aplicable a todas las Partes. En lo que se refiere al sector de la tierra, mucho se puede aprender de REDD+ a la hora de establecer un sistema de medición, reporte y verificación (MRV) basado en normas internacionales, y aplicable a todos los países.
Un marco de MRV gradual o por etapas para establecer los Niveles de Referencia de las Emisiones Forestales (FRELs) o Niveles de Referencia Forestal (FRLs), y para medir la reducción de las emisiones REDD+ y la absorción de gases de efecto invernadero, reconoce que los países en desarrollo deberían comenzar con sus capacidades actuales, teniendo en cuenta sus fortalezas, e ir llenando vacíos a medida que vayan progresando en las fases de implementación.
La participación de las comunidades locales en las actividades de vigilancia forestal nacional también tiene el potencial de mejorar el monitoreo de la eficiencia a un menor costo, además de promover la transparencia y una mejor gestión de los bosques. Como muchas de las actividades de REDD+ involucran acciones y actores ajenos a los bosques, el monitoreo debería ir más allá de las zonas forestales.
El enfoque por etapas para REDD+ y el enfoque por etapas para MRV son dos ejemplos que reconocen la necesidad de un mayor aprendizaje y de enfoques individuales que respondan a las necesidades de los países.
FINANZAS
El texto de Ginebra otorga especial importancia al Fondo Verde para el Clima (FVC), considerándolo la principal entidad financiera para el nuevo acuerdo. Nuevas propuestas han surgido relacionadas con el establecimiento del FVC, como REDD+, pérdidas y daños y la transferencia de tecnología.
Se podría argumentar que el FVC es parte del proceso orientado a establecer un espacio de este tipo para REDD+, a través del marco específico diseñado en el 2014 para pagos basados en resultados. Curiosamente, a pesar de subrayar la urgente necesidad de financiamiento proveniente del sector privado para REDD+, según el texto de Ginebra el financiamiento para el clima debería provenir principalmente de fuentes públicas, jugando las fuentes privadas un rol complementario.
Hasta que las compensaciones de REDD+ no sean una realidad política, los países harían bien en seguir adelante con lo que se ha venido a llamar una “agenda no regrets”, que allane el camino hacia la mitigación del cambio climático, la adaptación y la gestión sostenible de los recursos, implementando políticas apropiadas y útiles para alcanzar estos objetivos en el largo plazo, con o sin REDD+.
Estas incluyen cambios de políticas adecuados e independientes de los objetivos climáticos, como la clarificación de la tenencia de la tierra, la eliminación de subsidios perversos y el fortalecimiento del Estado de derecho.
DESARROLLO DE CAPACIDADES Y TRANSFERENCIA TECNOLÓGICA
El texto de Ginebra contiene disposiciones que podrían requerir, por parte de los países desarrollados, la eliminación de obstáculos para acceder a tecnología, así como permitir y acelerar el desarrollo y transferencia de la misma a los países en vías de desarrollo.
Este sería un paso adelante. La falta de datos de adecuada alta resolución, específicos por país y región, limita la capacidad de convertir los datos relativos a las tasas de la deforestación, la degradación forestal y el uso del suelo en estimados fiables de las emisiones, sumideros y cambios en las reservas de carbono de la mayoría de los países tropicales.
El texto de Ginebra también propone un mecanismo para el desarrollo de capacidades, que sería útil si las partes interesadas (incluyendo los responsables políticos) tienen problemas para entender el concepto y la lógica de REDD+, así como las complejidades asociadas a la contabilidad del uso del suelo. Las necesidades de capacitación han sido identificadas ampliamente en el Estudio Comparativo Global de CIFOR sobre REDD+.
AGRICULTURA
Una hoja de ruta que involucre un proceso de presentaciones y reuniones con expertos fue acordado en la OSACT 40. La hoja de ruta para la agricultura empezó con las presentaciones recibidas en marzo, relacionadas a sistemas de alerta temprana y planes de contingencia ante eventos climáticos extremos, así como la evaluación de riesgos y la vulnerabilidad de los sistemas agrícolas en diferentes escenarios de cambio climático a nivel local, regional y nacional. Un taller durante la reunión de Bonn también desarrolló estos temas.
La hoja de ruta continuará con presentaciones adicionales en marzo del 2016 relacionadas con la identificación de medidas de adaptación, teniendo en cuenta la diversidad de los sistemas agrícolas, el conocimiento indígena y los co-beneficios y aspectos socioeconómicos, ambientales y de género; así como la identificación y evaluación de las prácticas y tecnologías agrícolas para mejorar la productividad de una forma sostenible; la seguridad alimentaria, la resiliencia, teniendo en cuenta las diferencias de las zonas agroecológicas y los sistemas agrícolas.
Este importante proceso está separado de las negociaciones sobre el uso del suelo en el nuevo acuerdo climático. Se espera que los resultados de este plan de trabajo brinden información a las negociaciones en curso después de París para determinar la aplicación y entrada en vigor del nuevo acuerdo.
COMPENSACIONES Y MERCADOS DE CARBONO
Los temas asociados a los mercados de carbono relacionados con el sector del uso del suelo y los bosques son bien conocidos, y siguen representando una barrera no resuelta entre las Partes, así como en la sociedad civil.
Es probable que estos desafíos políticos continúen y vayan más allá de cualquier acuerdo alcanzado en París. En Ginebra, las Partes debatieron este tema, presentando muchos argumentos contra de la inclusión de disposiciones de mercado vinculadas al sector del uso del suelo en el nuevo acuerdo. Los temas discutidos incluyen la necesidad de garantizar la integridad del medio ambiente y salvaguardar la seguridad alimentaria, así como transferir los bonos de carbono de los países desarrollados a los países en vías de desarrollo mediante compensaciones.
Este ‘cambio’ en la mitigación se consideró justificado debido a que algunas Partes buscan reducir sus emisiones más allá de lo que pueden lograr en sus países, pagando por ellas en otros. Algunos consideran que los mercados de carbono son un sistema que podría colapsar, mientras que otros los consideran un componente necesario en el nuevo acuerdo.
Un reciente informe de USAID sugiere que a menos que los créditos de REDD+ se incorporen en el futuro acuerdo de la CMNUCC, REDD+ como fue concebido, podría desaparecer. Una alternativa en el texto de Ginebra plantea que las “unidades” que emanan de los mecanismos de REDD+ puedan ser transferibles y utilizadas para cumplir las contribuciones de las Partes en el marco del nuevo acuerdo. También se propone que los resultados y “unidades” de mitigación producidos por mecanismos externos a la CMNUCC, puedan ser utilizados para cumplir con las contribuciones de las Partes en el nuevo acuerdo, siempre y cuando cumplan con los requisitos de conformidad establecidos por la Conferencia de las Partes.
Stephen Leonard es abogado internacional y analista de políticas climáticas. Para contactarlo, sírvase escribir a la siguiente dirección electrónica s.leonard@cgiar.org
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