El Salvador es la nación más pequeña de Centroamérica y una de las más vulnerables del mundo al cambio climático, con el 90 por ciento de su población en riesgo. En 2011, el costo por eventos extremos ocurridos en el país representó el 6 por ciento de su producto bruto interno.
Este riesgo se ve agravado por la alta densidad poblacional del país, por contar con uno de los niveles más altos de degradación ambiental en la región, y por la escasez y mala calidad del suministro de agua: se estima que el 90% del agua está contaminada.
Lina Dolores Pohl, a la cabeza del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales desde 2014, está decidida a cambiar el rumbo de la degradación ambiental y la vulnerabilidad frente al cambio climático. En el centro de su estrategia se encuentra la restauración del paisaje.
Como una de las oradoras principales del Global Landscapes Forum (GLF) en Bonn, Alemania, los días 19 y 20 de diciembre, la primera mujer en liderar dicho ministerio compartió sus perspectivas sobre cómo mejorar la integridad de los ecosistemas a la par que se satisfacen las necesidades de las comunidades locales.
Sin restauración nuestro país no sobrevivirá. No es opcional, tenemos que hacerlo".
El Programa Nacional de Restauración de Ecosistemas y Paisajes (PREP), que ha restaurado más de 111.000 hectáreas de tierra desde 2012, tiene una estrategia de tres frentes que vincula la conservación, la agricultura y las infraestructuras.
Específicamente, el programa promueve sistemas agrícolas que son al mismo tiempo respetuosos de la biodiversidad y resilientes frente al cambio climático —como la agroforestería— y tiene el objetivo de restaurar ecosistemas clave como bosques terrestres, manglares y pantanos.
El programa también apunta a crear sinergias entre la restauración y el desarrollo de las infraestructuras físicas. Por ejemplo, se espera que un aumento de la cobertura arbórea en las cuencas hidrográficas mejore la regulación hídrica y ayude a la protección de puentes y puertos.
UN CASO MODELO
“La restauración de los ecosistemas y los servicios ecosistémicos traerá beneficios económicos y sociales a nivel local y nacional”, dijo Pohl. Entre los posibles resultados, destacan una mayor resiliencia de los paisajes ante el cambio climático y una mayor seguridad alimentaria.
En el GLF, Pohl presentó el PREP como un potencial “caso modelo para demostrar la viabilidad y los beneficios de llevar a cabo esfuerzos de restauración a gran escala a nivel nacional”. También llamó la atención sobre la necesidad de contar con apoyo financiero y técnico para lograr su implementación, monitoreo y sistematización de manera plena.
“Sin restauración nuestro país no sobrevivirá. No es opcional, tenemos que hacerlo’’, dijo Pohl en una de sus intervenciones.
AMPLIAR LA RESTAURACIÓN
El PREP reconoce que para su implementación se requiere un “enorme esfuerzo”, pero Pohl, quien tiene experiencia profesional en sociología y economía, no es nueva en el ámbito medioambiental. En su cargo anterior como viceministra, por ejemplo, presidió iniciativas clave como la Red Iberoamericana del Programa sobre el Hombre y la Biosfera (IberoMAB por sus siglas en inglés) y el fondo ambiental FIAES.
Además, a principios de 2017, ocupó los titulares de las noticias cuando El Salvador se convirtió en el primer país del mundo en prohibir la minería de metales en todo su territorio, lo que implicó detener un proyecto aurífero que generaba preocupaciones ambientales entre académicos, funcionarios y la sociedad civil.
Desde su punto de vista, para la creación de un movimiento global para paisajes sostenibles se requerirán al menos tres cosas: adoptar el tema como una prioridad al más alto nivel político; integrarlo en las políticas económicas; e involucrar a los escolares a través de currículos educativos actualizados y capacitación de sus maestros.
Es impensable apuntar al desarrollo social y a [lograr] economías competitivas, a menos que construyamos paisajes que sean tanto sostenibles como resilientes frente al cambio climático”.
Para avanzar hacia paisajes sostenibles se requerirá un “liderazgo gubernamental claro”, pero también de la coordinación entre instituciones clave en varios niveles y la participación de la sociedad civil a través de los canales pertinentes, sostiene.
“Es impensable apuntar al desarrollo social y a [lograr] economías competitivas, a menos que construyamos paisajes que sean tanto sostenibles como resilientes frente al cambio climático”, dijo Pohl a LandscapesNews.
La ministra formó parte de dos sesiones y una plenaria durante el GLF de Bonn y puede ver sus intervenciones en el canal Youtube del GLF aquí.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en Landscapesnews.org
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