CIFOR y sus socios finalizaron recientemente un proceso de revisión de cerca de tres años que examina cómo los bosques y los árboles pueden sustentar, o hasta inhibir la producción agrícola.
Como coautores del este estudio, buscamos evidencia obtenida a lo largo de zonas tropicales, en donde la producción de alimentos ocurre con frecuencia dentro de los complejos mosaicos de uso del suelo que están cada vez más sujetos a presiones conjuntas del clima y del hombre.
Nuestra revisión se concentró en bosques y árboles, tanto dentro de fincas como a lo largo de un paisaje más amplio, con interés en la provisión indirecta de servicios ecosistémicos, en lugar del suministro directo de alimentos (frutas, nueces, etc.)
Luego de una revisión de casi 12 500 documentos relevantes, obtuvimos una muestra de 74 estudios que analizamos en una última revisión. Estos estudios se encontraron distribuidos a lo largo de los trópicos, con India, Kenia, Brasil, Indonesia y Malawi como las regiones geográficas más comúnmente representadas.
Nuestros resultados fueron tan variados como sorprendentes. Demostraron el potencial significativo de los sistemas integrados árbol-cultivo, pero también resaltaron vacíos considerables en nuestro entendimiento de las implicaciones más amplias del paisaje.
RESULTADOS POSITIVOS, AUNQUE VARIADOS
Los estudios seleccionados evaluaron el efecto de uno o de múltiples servicios ecosistémicos (es decir, polinización, control de pestes, ciclo de nutrientes) en uno o más resultados definidos (es decir, rendimiento de cultivos, ingresos, fertilidad del suelo). Esta variabilidad en los tipos de estudios que se seleccionaron complicó el análisis comparativo, y aún así, en la mayoría de los casos se encontró que en general los árboles tienen un efecto positivo sobre los rendimientos alimenticios.
En tanto que se trata de un resultado alentador, no todos nuestros resultados fueron consistentes: en África, Australia y las Américas se encontraron relaciones positivas entre la cobertura de árboles y la producción agrícola, mientras que en Asia los árboles presentaron un impacto agregado negativo sobre los rendimientos. Este resultado representa un primer vacío en nuestro entendimiento —¿por qué los árboles de las fincas no brindan rendimientos similares en Asia, en comparación con los demás sitios?— y ciertamente justifica mayor consideración.
También investigamos los efectos de los árboles en la agricultura al examinar la forma más amplia en que contribuyen a los medios de vida rurales (es decir, mediante la provisión o venta de leña, o a través de impactos positivos en el medio ambiente como el mejoramiento de la fertilidad del suelo). De nuevo, los hallazgos en general fueron alentadores. Encontramos un efecto positivo de los árboles en los medios de vida en los trópicos. Incluso en Asia, donde los rendimientos se redujeron, el efecto del sistema en su amplitud fue con frecuencia positivo pues las pérdidas de rendimiento fueron compensadas por las contribuciones netas más amplias de los árboles a los medios de vida.
SE REQUIERE MÁS INVESTIGACIÓN
Un objetivo clave de esta revisión fue entender cómo contribuyen los bosques y los árboles a los sistemas de producción alimentarios dentro del paisaje. Sin embargo, la falta de evidencia nos impidió explorar este tema en detalle. De los 74 estudios, solo 12 se enfocaron en los árboles fuera de fincas, y de estos, 11 analizaron el efecto del desnivel de distancia del bosque en un servicio ecosistémico: la polinización.
Mientras que estudios de este tipo son de utilidad, se requiere urgentemente estudiar los efectos de múltiples servicios ecosistémicos de bosques y árboles en los agroecosistemas.
Otro aspecto que preocupa fue encontrar que la gran mayoría de los estudios se realizaron en un corto período de tiempo de uno o dos años. Existe importante evidencia de la necesidad de considerar los procesos ecosistémicos a lo largo del tiempo, y por ende los cortos períodos de los estudios que se analizaron en este estudio limitan nuestro entendimiento de la contribución en el tiempo de servicios ecosistémicos basados en el bosque o los árboles.
Los resultados de esta revisión sugieren que al incorporar bosques y árboles dentro de una estrategia de manejo de recursos naturales apropiada y en contexto, los rendimientos agrícolas pueden mantenerse o mejorarse a niveles comparables con sistemas de monocultivo intensivo. Más aun, esta revisión ha ilustrado el potencial de alcanzar ganancias netas positivas de medios de vida mediante la integración de árboles en fincas, al brindar a los agricultores fuentes adicionales y diversas de ingreso y mayores estrategias de resiliencia para adaptarse tanto a los impactos ambientales como económicos.
Sin embargo, la limitada escala espacial y temporal de los resultados actuales sugiere que se debe considerar cierto grado de precaución. Una agenda de investigación futura que considere el efecto de bosques y árboles dentro del paisaje a lo largo de períodos de tiempo más largos mejoraría enormemente nuestro entendimiento de la forma en que bosques y árboles interactúan con sistemas agrícolas.
La continuidad en el desarrollo de esta evidencia base es esencial mientras intentamos alcanzar un desarrollo sostenible que utilice, en lugar de agotar los recursos naturales.
Este estudio fue posible gracias al soporte de USAID.
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