Los alimentos ricos en nutrientes que proporcionan los bosques podrían desempeñar un papel importante en los esfuerzos globales por brindar dietas saludables a las personas, si es que se les identifica dentro de estrategias nacionales de nutrición y se hacen más accesibles, de acuerdo con una nueva investigación científica.
La generosidad de los bosques, que incluye aves silvestres, roedores y animales más grandes, así como hojas, tallos, raíces, frutas, setas y castañas, podría ayudar a garantizar la seguridad alimentaria de personas actualmente desnutridas – cifra que continúa en aumento a pesar de los esfuerzos internacionales, dijo Bronwen Powell, investigadora del Centro para la Investigación Forestal Internacional (CIFOR).
La mayoría de los formuladores de políticas se ha enfocado en el rol de los cultivos agrícolas básicos como el maíz y el arroz, en su lucha contra la inseguridad alimentaria, pero este enfoque no aborda el hecho de que actualmente hay más del doble de personas que carecen de micronutrientes que el número estimado de personas que padecen hambre.
A nivel mundial, alrededor de 870 millones de personas no tienen suficiente alimento, y más de dos mil millones padecen la deficiencia de micronutrientes, según las agencias alimentarias de las Naciones Unidas (ONU).
El cambio climático, el crecimiento de la urbanización y el alto costo de los alimentos, también deberían ser abordados, dijo Powell.
“Si bien existen unas pocas comunidades en el mundo que actualmente dependen de los alimentos del bosque para obtener una dieta completa, los alimentos silvestres y del bosque pueden ayudar a mantener la nutrición en los hogares durante la temporada de carestía, complementando la estacionalidad de los cultivos básicos”.
“Estos alimentos rara vez proporcionan un gran porcentaje de la ingesta calórica, pero son muy importantes para la ingesta de micronutrientes, tales como la vitamina A, hierro y calcio”.
Entre otras cosas, una dieta balanceada puede ayudar a luchar contra la presión arterial alta – el enfoque del Día Mundial de la Salud 2013. Uno de cada tres adultos en el mundo sufre de esta afección y es la causa de alrededor de la mitad de todas las muertes debido a accidentes cerebro-vasculares y enfermedad cardiaca, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Queremos cambiar el enfoque de la política a la obtención de más nutrientes, en vez de calorías, y ahí es donde entran en juego los alimentos del bosque”, explicó.
A nivel mundial, alrededor de 870 millones de personas no tienen suficiente alimento, y más de dos mil millones padecen la deficiencia de micronutrientes, según las agencias alimentarias de las Naciones Unidas (ONU)
1.6 mil millones de personas ya dependen de los bosques para ganarse el sustento, lo que cubre más del 30 por ciento de la superficie terrestre del mundo, de acuerdo con datos del 2010 preparados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentacion y la Agricultura (FAO).
La próxima Conferencia Internacional sobre Bosques para la Seguridad Alimentaria y la Nutrición de la FAO en Roma, explorará el papel importante que desempeñan los bosques en las vidas de poblaciones rurales y en la economía mundial.
Tales fuentes alimentarias contribuyen también a la seguridad alimentaria dijo Powell, destacando un estudio a nivel mundial recientemente elaborado por CIFOR. Se encontró que los ingresos relacionados con los bosques contribuían con alrededor de una quinta parte de los ingresos totales de los hogares en áreas rurales a lo largo de 24 países – dinero que, si se usa inteligentemente, podría ser luego usado para comprar alimentos nutritivos.
La carne de animales silvestres es la fuente principal de proteína animal en muchos bosques tropicales, proporcionando niveles de micronutrientes tan importantes como el hierro, que está menos disponible en los alimentos vegetales, dijo Powell, agregando que un estudio reciente en Madagascar mostró que sin acceso a la carne de animales silvestres, 30 por ciento más de niños sufrirían de deficiencia de hierro.
“Los alimentos del bosque no pueden ser la panacea para los problemas mundiales relacionados con la seguridad alimentaria y la nutrición, pero en algunos contextos geográficos específicos pueden desempeñar un papel importante”, dijo Barbara Vinceti, investigadora de Bioversity International, agregando que esos alimentos ricos en micronutrientes, disponibles localmente y no aprovechados, pueden ser asequibles y potencialmente más aceptables que otras opciones.
“Hay un creciente interés en el uso de los alimentos de árboles y plantas indígenas o tradicionales, para satisfacer las altas necesidades de nutrientes de los lactantes y los niños, cuya dieta se basa predominantemente en cereales y legumbres”, dijo, citando como ejemplo un condimento fermentado hecho de semillas de soumbala (Parkia biglobosa) ricas en hierro, en Africa Occidental, que las familias usan, por su bajo costo, como sustituto de la carne.
Se necesita mayor investigación sobre la composición nutricional de los alimentos del bosque comparada con otros alimentos, dijo Powell, agregando que es necesario contar con más conocimiento para garantizar la sostenibilidad y protegerse contra el aprovechamiento excesivo. Los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales (ONG), las escuelas, los hospitales y centros de salud, también pueden ayudar al promover dietas que incluyan productos del bosque en una forma responsable y bien gestionada.
“El establecimiento de plataformas de política que enlacen transversalmente la nutrición con sectores como medio ambiente, salud, desarrollo, agricultura y conservación, aseguraría una mejor promoción de los alimentos del bosque dentro de programas nacionales de nutrición”, dijo Vinceti.
Mencionó que dependiendo del contexto, varios factores pueden ser responsables por el descuido y rechazo al uso de alimentos indígenas – incluyendo los alimentos del bosque.
“Estos factores incluyen la percepción cultural, la escasez física del producto como consecuencia del agotamiento del recurso, tiempo reducido para recolectar alimentos silvestres debido a los cambios en la distribución de la oferta de mano de obra de las familias, presión en aumento sobre el tiempo de las mujeres, pérdida del conocimiento acerca de los alimentos del bosque y pocas oportunidades para comercializar la producción”, dijo Vinceti.
El presente trabajo forma parte del CGIAR Programa de Investigación sobre Bosques, Arboles y Manejo Forestal del CGIAR y cuenta con el apoyo del proyecto mundial de GEF/UNEP/FAO Biodiversidad para Alimentos y Nutrición.
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