En Colombia, un grupo diverso de personas se está reuniendo para explorar y planificar de maneras innovadoras el uso de la tierra en paisajes ricos en palma aceitera.
Tienen la esperanza de asegurar que el cultivo de este valioso producto de exportación —que se utiliza en alimentos comerciales y en productos para el cuidado personal, así como en biocombustibles—, se realice de una manera tal que produzca beneficios económicos y sociales concretos, y que no afecte indebidamente los ecosistemas locales y la biodiversidad.
Este trabajo forma parte de un proyecto más amplio titulado Paisajes Adaptativos de Palma Aceitera (OPAL por sus siglas en inglés), cuyo objetivo es mejorar la gestión de los paisajes de palma aceitera en Asia, África y América Latina. El proyecto representa una asociación entre la universidad suiza ETH Zurich (ETHZ), el Centro para la Investigación Forestal Internacional (CIFOR) y una serie de ONG y países socios.
Utilizando un proceso llamado Companion Modeling, el equipo de OPAL emplea juegos de roles para lograr que las partes interesadas compartan información, comprendan las perspectivas de cada uno y trabajen en conjunto para diseñar —y transformar— las grandes estructuras de las que sus propias experiencias forman parte.
“A través del juego, podemos empezar a comprender mejor el sistema socioecológico, tanto en el contexto local como en el global”, explica el científico de CIFOR Pablo Pacheco. “También podemos facilitar el diálogo y ‘recorrer’ los posibles escenarios futuros para probar sus impactos”.
En la sección colombiana del proyecto, este “recorrido” de los futuros alternativos es bastante literal: el juego se desarrolla sobre una impresión a todo color de cinco por cinco metros de un paisaje colombiano genérico. “Te paras en el juego y puedes ver dónde está el río, dónde están las carreteras y dónde están las plantaciones”, describe Alejandra Rueda de NES Naturaleza, uno de los socios nacionales del proyecto junto con la Pontificia Universidad Javeriana y WWF Colombia. “Eso ayuda a los jugadores a visualizar dónde se encuentran, y a extrapolar a partir de allí”.
El científico Claude García de ETH Zurich agrega: “Caminas sobre el paisaje de tu plantación de palma aceitera, luego tomas un racimo de frutos frescos y caminas hasta el molino industrial… es como si realmente estuvieras allí”.
Este giro espacial del juego cobra sentido dado el enfoque particular que tiene el proyecto en Colombia: lograr una mejor planificación para el desarrollo del uso de la tierra en lugares donde la palma aceitera está cobrando importancia.
Este país es el principal productor de aceite de palma en América Latina y el cuarto en el mundo, y tiene un potencial de expansión considerable, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). OPAL se centra en los llanos orientales, ubicados en el este del país, donde se desarrolla gran parte del cultivo.
A diferencia de otras regiones productoras de aceite de palma a nivel internacional, en Colombia el cultivo no representa una gran amenaza para los bosques, ya que se realiza en pastizales ya existentes que fueron talados mucho tiempo atrás, dice García. Estas tierras de pastoreo están habitadas en gran parte por especies introducidas, son relativamente improductivas y brindan muy pocas oportunidades laborales. En este contexto, explica Andres Etter de la Pontificia Universidad Javeriana, la palma aceitera y otros cultivos perennes pueden constituir alternativas económicas y ambientales interesantes, aunque su impacto sobre la biodiversidad y el almacenamiento de carbono todavía se está evaluando.
A través del juego, podemos empezar a comprender mejor el sistema socioecológico, tanto en el contexto local como en el global. También podemos facilitar el diálogo y ‘recorrer’ los posibles escenarios futuros para probar sus impactos".
Entonces, ¿cuáles son los problemas principales para el desarrollo futuro? En lugar de trabajar a partir de supuestos, los socios de investigación —siguiendo el espíritu participativo del enfoque Companion Modeling— acudieron directamente a las partes interesadas (tanto palmeros como representantes del gobierno y de la industria) y les hicieron esta pregunta.
“Empezamos desde cero”, dice Rueda. “Lo desarrollamos con [las partes interesadas] desde el principio. Y ese ha sido uno de los mayores logros hasta el momento: reunir a los diferentes actores y escuchar sus definiciones de los problemas”.
La principal preocupación que surgió fue la falta de planificación en las regiones donde se produce la palma aceitera, en especial en términos de diálogo entre las partes interesadas a escala nacional y local.
Los participantes también mencionaron la importancia de la competencia por los recursos —en especial por la tierra y el agua— que se estaba produciendo en estas regiones entre la palma aceitera y otras actividades productivas (como el cultivo de arroz y la extracción de combustibles fósiles). También destacaron la necesidad de gestionar estos recursos de una manera tal que conserve los ecosistemas y la biodiversidad y contribuya positivamente con el almacenamiento de carbono, así como con las poblaciones humanas y las industrias que los utilizan, dice Etter.
Se necesita una mejor planificación en áreas de Colombia donde el negocio de la palma aceitera está creciendo. Foto por Thomas Guillaume.
UN MODELO EN EVOLUCIÓN
Los problemas antes mencionados identificados por los participantes son muy amplios, y esto planteó varios desafíos, dice Rueda, ya que los tipos de preguntas que son importantes para diferentes actores pueden ser diversos. “Si me invitan a jugar un juego y las preguntas que se plantean no me interesan, no voy a jugar”, dice. “Pero si se trata de una pregunta cuya respuesta me es útil, seré la primera en jugar”.
El equipo actualmente está en el proceso de revisar el juego “a fin de poder plantear diferentes preguntas y operarlo a diferentes niveles”, dice. Por ejemplo, puede que algunos palmeros locales no se interesen por la planificación sostenible a escala nacional “si apenas están planificando en sus propia fincas”, explica. Pero, si pueden usar el juego para encontrar formas de administrar sus propias fincas de una manera más eficiente, ello tendrá impactos tanto a nivel local como a mayor escala.
Creemos que este proyecto realmente puede influir en las decisiones que se tomarán en torno a la palma aceitera a nivel institucional".
Aunque las revisiones del juego han tomado bastante tiempo, el proceso de cambiar de modelo —a un juego que responde adecuadamente a una serie de preguntas diversas— ha sido interesante y valioso, dice Rueda. El equipo espera comenzar a implementar el juego con las partes interesadas muy pronto, luego de terminar sus revisiones y ejecutar un piloto. “Creemos que este proyecto realmente puede influir en las decisiones que se tomarán en torno a la palma aceitera a nivel institucional”, concluye.
Para más información sobre este estudio, por favor póngase en contacto con Pablo Pacheco en p.pacheco@cgiar.org
El estudio en mención fue posible gracias al soporte de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), la Fundación Nacional Suiza para la Ciencia (FNS), el Programa Suizo de Investigación sobre Cuestiones Mundiales para el Desarrollo y el Instituto Luc Hoffmann.
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