Opinan los expertos

¿Acaso los eucaliptos se comerán a sus hijos?

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Pocos temas forestales generan debates más ardientes que el de las plantaciones comerciales de eucaliptos, acacias, pinos y álamos. Los proponentes argumentan que las plantaciones de rápido crecimiento ofrecen una fuente sostenible de madera para satisfacer la creciente demanda global de papel y otros productos. También sostienen que dichas plantaciones generan mucho empleo, ayudan a evitar el calentamiento global, protegen las fuentes de agua, y reducen la presión sobre los bosques naturales.

Los opositores están en desacuerdo. Dicen que las plantaciones secarán las fuentes de agua, degradarán el suelo y son susceptibles a las plagas y enfermedades. Niegan que las plantaciones ayudan a proteger los bosques naturales o que proporcionan mucho empleo. Sostienen que a menudo las empresas destruyen los bosques naturales para sembrar plantaciones y desplazan a pequeños productores y a comunidades locales, y se oponen radicalmente a llamar "bosques" a esas plantaciones.

El tema es muy importante debido a que tanto las plantaciones de árboles de rápido crecimiento como la demanda por papel han crecido de una forma muy acelerada. Hay cerca de unos diez millones de hectáreas de plantaciones comerciales de árboles de rápido crecimiento y el área aumenta en cerca de un millón de hectáreas por año. La FAO pronostica que el consumo global de papel será un 80% más alto en el 2010 que en 1990.

Para poder diferenciar los hechos reales de los ficticios en cuanto a la polémica sobre las plantaciones, CIFOR, WWF, IUCN, y Forest Trends acaban de publicar "Las Plantaciones de Rápido Crecimiento, Mitos y Realidades" escrito por Christian Cossalter y Charlie Pye Smith. El documento concluye que las plantaciones de crecimiento rápido:

a menudo, pero no siempre, substituyen al bosque natural;

reducen la presión sobre el bosque natural solo en circunstancias especiales;

algunas veces mejoran la biodiversidad en áreas degradadas;

utilizan más agua que la vegetación baja, pero eso es solo un problema de las áreas secas;

no son tan susceptibles a plagas y enfermedades como algunas veces se afirma;

generalmente degradan el suelo menos que los cultivos agrícolas comerciales;

pueden contribuir relativamente poco a reducir el calentamiento global;

proporcionan menos trabajos de lo que afirman los proponentes;

se han asociado con frecuencia a conflictos; y

en general no deben ser subvencionados con los fondos públicos.

Los autores están convencidos que las plantaciones comerciales de árboles de rápido crecimiento van a permanecer. La clave es cómo manejarlas mejor. No, los eucaliptos y las acacias probablemente no comerán a sus niños ni convertirán su región en un desierto. Pero todavía se podría hacer mucho para mejorar las plantaciones.

 

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