LIMA, Perú — Un estudio realizado en los Andes orientales de Colombia muestra que los agricultores y los propietarios de casas de recreo están dispuestos a pagar tarifas más altas para proteger el suministro de agua y mejorar la calidad de su agua potable.
El resultado de las conclusiones del estudio de la cuenca del Chaina puede ayudar a estimular programas que paguen a los propietarios de tierras aguas arriba para proteger tierra cerca de las cabeceras de un río que abastece de agua a campos agrícolas y pueblos aguas abajo, dijo Sven Wunder, científico principal del Centro para la Investigación Forestal Internacional (CIFOR).
Los propietarios de casas de recreo —generalmente más pudientes— estaban dispuestos a pagar más que los agricultores locales, dijo Wunder, coautor de un artículo sobre el estudio, publicado recientemente en la revista Ecological Economics.
“Una de las lecciones del estudio es que si se tiene un grupo heterogéneo de usuarios de agua, podríamos considerar cobrarles tarifas diferentes”, dijo Wunder. “Esto también podría ser una manera de aumentar los ingresos, y por lo tanto la cantidad de dinero que se puede pagar por servicios ambientales aguas arriba”.
Los servicios ambientales incluyen beneficios tales como gestión del agua y los productos forestales que las personas reciben de los ecosistemas naturales. Los pagos por servicios ambientales (PSA) son incentivos directos y condicionales a los propietarios para que protejan los recursos naturales de sus tierras.
Un programa en la cuenca de Chaina les paga a los propietarios de tierras aguas arriba para que protejan el río, compensándolos por los ingresos que habrían recibido por la expansión de la agricultura, la ganadería o la explotación forestal. Casi 900 familias comenzaron a organizar una asociación de usuarios de agua en 2006 para mejorar el suministro de agua mediante la reducción de la sedimentación y el aumento del caudal del arroyo, especialmente durante la estación seca, dijo Wunder.
En un esfuerzo apoyado parcialmente por CIFOR, los usuarios de agua negociaron con propietarios de tierras cerca de la cabecera de Chaina, en algunas ocasiones simple y llanamente comprando tierras y en otras llegando a acuerdos de PSA, a través de los cuales los propietarios accedieron a detener la deforestación, frenar la erosión disminuyendo la ganadería en cuestas empinadas, y permitir que los suelos y vegetación se regeneraran a lo largo de las riberas.
En este programa, cada familia aguas abajo paga una cuota mensual de 50 centavos para el mantenimiento del sistema de agua. Esa cantidad incluye pagos a nueve propietarios de tierras aguas arriba, que ascienden a USD 1 850 al año, según el artículo.
El programa ha permitido conservar 162 hectáreas de bosques naturales y regenerar 14 hectáreas de vegetación ribereña situada en lugares estratégicos, dijeron los investigadores. Sin embargo, la baja cuota actual no es suficiente para ampliar la protección, que según los gestores de recursos hídricos haría el programa más eficiente. Algunos usuarios de agua no están dispuestos a pagar más “porque se les pide que paguen por algo que conseguían gratis”, dijo.
“El agua solía ser limpia y abundante, pero ahora, con una mayor población y más actividad económica, hay menos agua disponible, y a veces la gente se enoja”, dijo. “La escasez de un servicio ambiental es algo nuevo, y la gente debe acostumbrarse mentalmente a la idea, antes de poder hacer algo al respecto”.
Otros programas de gestión de agua en la región están estudiando cómo aplicar las lecciones del estudio de Chaina a sus propios sistemas, dijo Wunder.
Aunque la disposición para pagar puede variar dependiendo de cada situación, la investigación sobre Chaina indica que, incluso en lugares en los que la gente tiene ingresos y niveles de uso del agua muy diferentes, los gestores no deben abstenerse de proponer una nueva estructura de tarifas, dijo.
“La lección es examinar qué tipo de usuarios se tiene, tal vez aplicar cuestionarios para averiguar cuánto están dispuestos a pagar. Una propuesta con tarifas diferenciadas puede ser controvertida, pero también podría ser una manera de generar más fondos para la conservación de las cuencas hidrográficas”, dijo Wunder.
Para obtener más información sobre el tema de esta investigación, contáctese con Sven Wunder en s.wunder@cgiar.org.
Esta investigación forma parte del Programa de Investigación del CGIAR sobre Bosques, Árboles y Agroforestería (CRP-FTA).
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