Los descubrimientos científicos en las últimas décadas han generado una riqueza de conocimiento sobre los bosques y el cambio climático que abarca muchos sectores y disciplinas diferentes. El desarrollo sostenible, la erradicación de la pobreza, los derechos de las comunidades indígenas y locales a la tierra y los recursos, la conservación de la biodiversidad, la gobernanza, la gestión del agua, la contaminación (y todas las políticas y factores económicos relacionados con estos sectores), son solamente algunos de los temas que deben considerar los científicos que están estudiando la relación entre los bosques y el cambio climático.
Dicha generación de conocimiento también ha sentado las bases de una misión más amplia para contribuir al desarrollo de soluciones integradas. Esto no es algo en lo que nosotros, como científicos del clima, hayamos sido capacitados tradicionalmente.
Queda claro que el desarrollo de soluciones integradas para problemas tan complejos requerirá de un nuevo tipo de científico del clima. Un científico que pueda considerar disciplinas biofísicas y sociales. Un científico que pueda trabajar en diversas escalas para comprometer a todos los miembros de la sociedad en su investigación. Un científico que pueda entender las implicaciones de su trabajo en la política.
Un grupo que parece particularmente entusiasmado en asumir un papel como ese es el de los investigadores jóvenes. En este artículo, presentaré varios ejemplos en los que los investigadores jóvenes han liderado el pensamiento innovador que se necesita para abordar los problemas del cambio climático.
La ciencia interdisciplinaria es la esencia del Estudio Comparativo Global sobre REDD+ de CIFOR, que tiene el objetivo de informar a los formuladores de políticas, a los profesionales y donantes acerca de lo que funciona en la reducción de las emisiones derivadas de la deforestación y degradación forestal, y el incremento de las reservas de carbono forestal (REDD+) en países tropicales.
En este estudio, un grupo diverso de silvicultores, biólogos, sociólogos, economistas, científicos políticos y antropólogos, trabaja en conjunto para entender cómo se puede implementar REDD+ eficazmente, eficientemente y equitativamente, promoviendo beneficios colaterales a nivel social y ambiental.
Participo en la coordinación de un componente del estudio que se enfoca en la medición de los impactos de las iniciativas sub-nacionales de REDD+. En esta parte del estudio, hemos obtenido datos en 170 aldeas con más de cuatro mil familias en seis países: Brasil, Perú, Camerún, Tanzania, Vietnam e Indonesia.
Entre 2010 y 2012 contratamos cerca de 80 estudiantes de pregrado, maestría y doctorado en América Latina para recopilar datos de línea de base sobre medios de vida y uso de la tierra en múltiples lugares a lo largo de la Amazonía. Estos científicos jóvenes han sido decisivos ayudándonos a compartir el conocimiento sobre el proyecto de diferentes maneras.
Compartiendo el conocimiento
Cuando estaba terminando mi doctorado hace seis años, uní esfuerzos con un grupo de estudiantes graduados que estaban pensando en la forma de compartir el conocimiento en distintas formas, dentro de nuestro limitado entorno de investigación académica.
La “pirámide para el intercambio del conocimiento” (Fig. 1) muestra cómo los estudiantes graduados pueden intercambiar el conocimiento con las partes interesadas locales durante la investigación.
Hay tres niveles para el intercambio del conocimiento (1) compartir información; (2) consolidar habilidades; y (3) generar conocimiento. El círculo negro representa a los investigadores en tanto que el círculo blanco representa a las partes interesadas locales – comunidades, profesionales, formuladores de políticas.
En la base de la pirámide (la forma más simple para el intercambio del conocimiento) se encuentra compartir la información – una transmisión de ideas principalmente unidireccional a las partes interesadas, usando presentaciones, folletos y afiches. Nuestra experiencia demostró que estas herramientas son particularmente apropiadas cuando el tiempo es limitado, cuando se necesita compartir hechos específicos y cuando la información no es controversial.
Si la meta es cambiar actitudes, se necesita asegurar que las partes interesadas tengan un papel más activo en la interpretación de la información, ya sea mediante foros comunitarios, presentaciones que permitan un espacio para el debate y pequeños talleres de trabajo.
Un ejemplo de compartir la información es entregar los resultados de la investigación a las partes interesadas locales. Un año después de que los equipos habían obtenido datos de línea de base para el Estudio Comparativo Global sobre REDD+, regresamos a todos los lugares de la investigación y compartimos los resultados con las comunidades locales y con las organizaciones (ONG y gobiernos) que implementan actividades de REDD+.
Si bien muchos investigadores realmente regresan a los lugares donde recopilaron sus datos para compartir los resultados, durante muchos años me ha incomodado que cuando volvemos a las comunidades donde sabemos que ha habido múltiples grupos de investigación, las personas nos dicen: ‘ustedes son el primer grupo que regresa con la información’.
Compartir resultados con las partes interesadas locales es un proceso de aprendizaje de suma importancia y es de sentido común científico. Permite que los miembros de la comunidad interpreten la información y verifiquen los datos de la encuesta antes del análisis final. Hemos encontrado que cuando una comunidad dice ‘eso no tiene sentido, ¿por qué sería de esa forma?’, nos ayuda a replantear nuestra interpretación de los datos. Todo lo que se necesita es un poco de tiempo, creatividad y algo de dinero.
En el Estudio Comparativo Global sobre REDD+, me imaginaba presentando los resultados en una forma bastante convencional. Lo que me impactó fue la innovación de nuestros investigadores jóvenes – usaron el arte, juegos e incluso teatro para lograr que la ciencia sea interesante y pertinente para las comunidades locales.
En la segunda parte de la pirámide (intercambio del conocimiento ligeramente más complejo) se encuentra la consolidación de habilidades, que alienta a las partes interesadas a emplear el conocimiento para desarrollar nuevas habilidades. Esto es con frecuencia una respuesta a las demandas locales de habilidades, como recopilación y análisis de datos, redacción de la propuesta o preparación de manuscritos.
Mientras realizábamos investigaciones en Ucayali, Perú, las comunidades forestales solicitaron capacitación en Sistemas de Posicionamiento Global (GPS) que los ayuden a ubicar y registrar especies específicas de árboles en áreas de aprovechamiento de madera, requeridas por sus planes de gestión forestal. Igualmente querían aprender cómo medir la madera para determinar un precio de compra razonable (y asegurarse que no los estafaran cuando vendieran los troncos o tablones).
Las actividades para consolidar habilidades requieren de más tiempo, recursos y preparación que compartir la información, pero pueden ser sumamente importantes para crear confianza con las comunidades. También pueden ser divertidas (¡los partidos amistosos de fútbol son una característica común en el trabajo de campo en América Latina!).
En el nivel más alto de la pirámide se encuentra la generación de conocimiento, que incluye a comunidades, profesionales o formuladores de políticas como socios en distintos aspectos del proceso de investigación (un ejemplo es la “investigación participativa”). Junto con el investigador de postgrado pueden elaborar las preguntas de la investigación, implementarla y analizar y divulgar los resultados.
Si bien este es el tipo de intercambio de conocimiento más innovador, es también el más difícil para la participación de investigadores jóvenes. Los estudiantes graduados y sus socios de investigación necesitarán invertir mucho tiempo y energía, así como obtener apoyo institucional.
Conozco a una investigadora brasileña que, antes y durante su Maestría en el Programa de Conservación y Desarrollo Tropical de la Universidad de Florida, desarrolló una investigación participativa de largo plazo sobre la ecología de especies de árboles de importancia local con una comunidad lejana en el estuario amazónico. Involucró a los miembros de la comunidad en todos los pasos del proceso de investigación, desde el establecimiento de prioridades, la recopilación de datos y la capacitación.
Después de evaluar los hallazgos de la investigación, los miembros de la comunidad tomaron varias medidas. Duplicaron con creces el número de voluntarios para la recopilación de datos (y se diversificaron para incluir a jóvenes, mujeres y líderes de la comunidad), presentaron los hallazgos de la investigación en reuniones comunitarias y los compartieron con comunidades cercanas que estaban luchando por mejorar sus medios de vida en una manera sostenible.
Es posible comprometer a las partes interesadas en la investigación a cualquier nivel. Los investigadores jóvenes son quienes pueden ayudarnos a pensar en nuevas e innovadoras formas de hacerlo.
Utilice la información
Si usted está en el mundo académico, estimule a sus alumnos a emprender este tipo de intercambio del conocimiento en sus investigaciones. Conéctelos a sus redes y desarrolle cursos para ayudarlos a ampliar sus habilidades.
Si usted es un profesional en ejercicio, acepte a los estudiantes y a los investigadores jóvenes en su trabajo. Esté dispuesto a desarrollar investigaciones con ellos, a aprender de los estudiantes y a ayudarlos a convertirse en mejores profesionales.
Si usted es un donante, apoye la investigación que muestre un intercambio del conocimiento real y genuino con las partes interesadas pertinentes.
Si usted es un estudiante o investigador joven, reconozca el momento muy excepcional en el que se encuentra en esta etapa de su carrera y amplíe sus habilidades. Algunas de las presiones académicas convencionales son menos exigentes en las etapas iniciales de su carrera, por lo tanto aproveche la oportunidad que tiene ahora para participar e innovar.
El presente artículo se publicó por primera vez en ForestsClimateChange.org
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