Todo comienza con una semilla: Cinco pasos para iniciar un vivero de árboles

Plántulas de Afrormosia en el vivero de árboles de Compagnie Forestiere et de Transformation (CFT), Kisangani – República Democrática del Congo. Axel Fassio/CIFOR-ICRAF

Nota del editor: Este artículo resumen se basa en uno publicado originalmente en ThinkLandscape del Global Landscapes Forum (GLF). El GLF es parte de la red CIFOR-ICRAF. 

Cada año, el mundo pierde 10 millones de hectáreas de bosques, y plantar árboles es una de las formas más prometedoras de restaurarlos. Pero cultivar árboles fuertes no es tan simple como esparcir semillas. Antes de plantarlos en la tierra, los árboles jóvenes requieren protección contra las inclemencias del tiempo y cuidados especiales en sus etapas iniciales. Ahí entran en juego los viveros.  

Si alguna vez se preguntó como iniciar uno, en un artículo colaborativo, los semilleros GLFx Kenema, Mindanao, Nkambe y Zág Xokleng del Global Landscapes Forum (GLF) ofrecen una guía general para iniciar su vivero. 

A continuación, le presentamos un resumen de los cinco pasos clave: 

1. Defina sus objetivos: Es esencial determinar si se pretende plantar unos pocos árboles en un jardín comunitario o si el proyecto es de mayor escala. Esta decisión influirá en el espacio necesario y los recursos que se deberán reunir.  
2. Determine la mejor ubicación para su vivero: Se recomienda un sitio cercano a una fuente de agua y que reciba abundante luz solar por la mañana, pero sombra durante el resto del día. Además, se sugiere ubicar las bandejas de semillas en un lugar protegido del viento y sobre estanterías que permitan un buen drenaje del agua.                                                                                                                                                                         
   Para leer: Más allá de los desafíos de la restauración, ¿por qué es clave mejorar el suministro de semillas y plántulas apropiadas?
3. Reúna los materiales requeridos: Esto incluye bandejas para almácigos, cubos o bolsas, tablones de madera o materiales orgánicos para crear camas elevadas, y una mezcla de abono, tierra nativa o tierra para macetas.   
4. Prepare los almácigos: Una forma sencilla de organizar los semilleros o almácigos es utilizar bandejas para semillas llenas de tierra de cultivo. Cuando las semillas estén listas, para sembrarlas, basta con usar el pulgar para presionar una hendidura en la tierra, poner la semilla adentro y cubrir con una ligera capa de tierra.
5. Trasplante las semillas: Las plántulas estarán listas para ser trasplantadas a bolsas o baldes llenos de abono y tierra de humus una vez sean resistentes y tengan de dos a cuatro hojas. A medida que las plántulas crecen, estarán más expuestas a plagas, por lo que es recomendable utilizar métodos orgánicos para su control. 

Conoce más en esta nota: https://bit.ly/4cIvEdy