, Wednesday, 10 Nov 2021

Que los temas relacionados con el uso de la tierra –incluida la deforestación, la reforestación y la restauración– estén al frente y al centro de los avances en la COP26 de Glasgow, es sin duda un paso positivo e importante. Pero ello no exime a los líderes mundiales de la gran responsabilidad de abordar el tema de las emisiones de combustibles fósiles como una prioridad en la agenda, señaló Robert Nasi, director del Centro para la Investigación Forestal Internacional, parte del CIFOR-ICRAF.

Sus declaraciones surgieron en el marco de las noticias sobre el acuerdo y nuevos fondos que los líderes de más de 120 países asumieron durante la cumbre para detener la pérdida y degradación de los bosques.

En la primera semana de la COP, además, se anunciaron nuevos compromisos relacionados con el carbón. Entre ellos, la “Declaración mundial sobre la transición a la energía limpia”, a la cual se adhirieron 77 firmantes para acabar con las inversiones en carbón, aumentar la energía no contaminante, llevar a cabo una transición justa y eliminar el carbón para la década de 2030 en las principales economías.

A pesar del brillo de la iniciativa, recientemente Global Carbon Project informó que se espera que las emisiones mundiales de CO2 de origen fósil crezcan un 4,9% en 2021 respecto al año anterior. A su vez, Naciones Unidas lamentó que “se hayan quedado fuera de la declaración los mayores financiadores del carbón”.

En ese sentido, Nasi señaló: “Necesitamos mantener los combustibles fósiles bajo tierra, transitar hacia la energía renovable, mientras eliminamos los incentivos financieros perversos, como los subsidios”

“Detener la deforestación o revertirla y proteger los bosques en pie mediante la reforestación y la restauración del paisaje puede contribuir de forma impresionante a la mitigación y adaptación al cambio climático mientras ayuda a alcanzar los objetivos de biodiversidad. Pero si no va acompañado de medidas para reducir el 75 % de las emisiones de otros sectores, no nos llevará al futuro de ‘1,5 grados Celsius’ que necesitamos”.

Existen oportunidades extraordinarias como alternativas a la deforestación, no solo a través de la restauración de tierras forestales, sino también mediante el impulso a las tierras agrícolas sostenibles con técnicas agroforestales o mediante la recuperación del agua en las turberas drenadas"

Robert Nasi

Aun así, el enfoque de la presidencia anfitriona del Reino Unido en la COP26 sobre los bosques y los árboles es crucial considerando que el sector de la agricultura, la silvicultura y otros cambios en el uso de la tierra (AFOLU), representa alrededor del 25 % de las emisiones que calientan el planeta. Otro beneficio que a menudo se pasa por alto es que este es el único sector que puede hacer crecer activamente los sumideros de carbono mediante la reforestación y la restauración de ecosistemas.

Los bosques y los árboles también ofrecen sinergias muy fuertes entre el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) y su nueva agenda posterior a 2020, así como la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación y su agenda de neutralidad de la degradación de las tierras.

A nivel mundial, la deforestación y la degradación forestal generan un promedio de 8100 millones de toneladas métricas de emisiones de dióxido de carbono cada año, mientras que los bosques en pie absorben 16 000 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono cada año, según una investigación publicada por científicos y socios de CIFOR-ICRAF.

Se ha pedido a los productores y consumidores de productos básicos como ganado, cacao, café, soya y aceite de palma que se comprometan a detener las actividades de desmonte de tierras, la segunda fuente más grande de emisiones antropógenicas de gases de efecto invernadero, según señaló un artículo de The Guardian, citando una fuente de Downing Street.

“La COP26 ha puesto un gran énfasis en los árboles: están ahí como una parte importante al igual que el ‘carbón, los automóviles y el financiamiento’ porque el primer ministro (Boris Johnson) cree personalmente que proteger la naturaleza y la biodiversidad debe ser una parte importante de cómo abordamos el cambio climático. Además de reducir las emisiones de carbono del carbón y los automóviles, las soluciones basadas en la naturaleza son una prioridad. Es por eso que en la COP26 vemos que la presidencia del Reino Unido ha presionado por un acuerdo internacional sólido para detener y revertir la deforestación para 2030”, dijo la fuente a The Guardian.

Cumplir los compromisos

A pesar de los avances y las buenas intenciones, en la actualidad no existe un sistema eficaz de seguimiento y evaluación para los compromisos, que los evalúen de forma coordinada. Incluso, hasta ahora, la mayoría de los informes han evidenciado que estos no se han cumplido correctamente.

“Existen oportunidades extraordinarias como alternativas a la deforestación, no solo a través de la restauración de tierras forestales, sino también mediante el impulso a las tierras agrícolas sostenibles con técnicas agroforestales o mediante la recuperación del agua en las turberas drenadas”, dijo Nasi. “Los ensayos en turberas degradadas en Indonesia han demostrado que se pueden regenerar de manera efectiva para producir árboles amigables con la bioenergía mediante la plantación de especies nativas de rápido crecimiento, por ejemplo”.

El Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de Ecosistemas 2021-2030 ha arrojado luz sobre una amplia gama de proyectos y oportunidades para una nueva carbonización de los ecosistemas basada en la naturaleza.

“Si bien se puede convencer a los líderes políticos de que adopten cambios transformadores y sostenibles, también debemos convencer al sector privado, que depende de estos para obtener ingresos”, dijo. “Se debe utilizar un enfoque de persuasión e imposición para garantizar que se cumplan las obligaciones y responsabilidades”.

Si las soluciones basadas en la naturaleza para luchar contra el cambio climático son potencialmente capaces de mitigar el 30 % de nuestras emisiones, ¿por qué todavía reciben solo el 3 % de la financiación climática?”

Robert Nasi

La transparencia es clave

Otro tema clave que debe tenerse en cuenta en estas conversaciones sobre el clima es el destino de los pueblos indígenas y locales y cómo afectarán las negociaciones a los pequeños agricultores y productores.

Actualmente, los incentivos financieros para que los países del Sur Global mantengan los bosques en pie son insuficientes.

“Ha sido un tema irritante y polémico”, afirmó Nasi. “Algunos países todavía están cubiertos en gran parte por bosques y tienen una baja tasa de deforestación –por diversas razones, pero en general debido a una baja densidad de población– por ejemplo, en Guyana o Gabón –o debido a la disponibilidad de recursos como el petróleo– por ejemplo, en Brunei. A pesar de su baja deforestación, estos países no se están beneficiando del mecanismo REDD+. Sin embargo, tienen un papel clave para mantener los bosques en pie, por lo que los líderes deberían encontrar formas de valorar la deforestación evitada mejor de lo que ha sido hasta ahora”.

Existen muchos resultados positivos de REDD+ y el financiamiento público, que ha llevado a más investigación, una mayor capacidad para medir el carbono, mapear la pérdida y la regeneración de los bosques, apoyar la diversidad de género, las comunidades indígenas y locales, todas condiciones clave para abordar la deforestación y la degradación forestal.

“Si las soluciones basadas en la naturaleza para luchar contra el cambio climático son potencialmente capaces de mitigar el 30 % de nuestras emisiones, ¿por qué todavía reciben solo el 3 % de la financiación climática?”, cuestionó Nasi. “Deberíamos invertir más en nuestros bosques y sistemas basados ​​en árboles como infraestructura verde, de la misma manera que invertimos en la construcción de carreteras u otro tipo de infraestructuras”.

Hacer que los países rindan cuentas es complejo, pero una cosa que está clara es que la transparencia es clave y debe aplicarse tanto a los países desarrollados como en desarrollo.

“Hasta ahora, los países del Norte global no han cumplido plenamente en muchos aspectos: los USD 100 000 millones al año en financiamiento climático prometidos en 2009 aún no están allí, los subsidios para los combustibles fósiles representan USD 11 millones por minuto, –según un informe reciente del Fondo Monetario Internacional la producción y quema de carbón, petróleo y gas fue subsidiada por USD 5,9 billones en 2020–, mientras que muchos países todavía están abriendo nuevas minas de carbón o nuevas plantas de energía a base de carbón”, sentenció Nasi.

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