, Monday, 25 May 2020

Mientras que las comunidades en todo el mundo ven el resurgimiento de la vida silvestre en las ciudades y una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero asociados con la paralización provocada por el COVID-19, otras noticias relacionadas con el medioambiente son algo desalentadoras, afirma Robert Nasi, director general del Centro para la Investigación Forestal Internacional (CIFOR).

Por ejemplo, señala que recientemente la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos reportó un aumento marcado  en los niveles  de dióxido de carbono a nivel mundial (CO2), mientras que la pandemia no muestra signos inmediatos de cambios positivos en las tasas de deforestación.

Nasi, uno de los principales expertos forestales en el mundo, dio estas declaraciones luego de que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) presentara los hallazgos preliminares clave de las Evaluación de los recursos forestales mundiales 2020 (FRA, por sus siglas en inglés) que revelaron que el mundo aún está perdiendo 10 millones de hectáreas de bosques anualmente.

Forests News conversó con Nasi, quién repasó la información del informe que es publicado cada cinco años por la FAO.

Nasi nos responde considerando los varios marcos de políticas medioambientales y de desarrollo acordados internacionalmente, y haciendo referencia a las Metas de Aichi para la diversidad biológica (ABT, por sus siglas en inglés) establecidas bajo el  Convenio sobre la Diversidad Biológica de la ONU (CBD, por sus siglas en inglés) y la  Declaración de Nueva York sobre los Bosques, (NYDF, por sus siglas en inglés), acordada en las conversaciones sobre el clima de la ONU en 2014.

  •  ¿Podría ayudarnos a poner los números en perspectiva? ¿Qué significan para los bosques?

A pesar de las metas establecidas –incluyendo la Declaración de Nueva York sobre los Bosques y la Meta 5 de Aichi para la biodiversidad— que buscaban disminuir la deforestación a la mitad para 2020, los bosques primarios, intactos del planeta continúan reduciéndose, aunque a un ritmo más lento.

Según la evaluación de la FAO, que entiendo será publicada por completo más adelante durante el año, el mundo perdió 10 millones de hectáreas de bosques cada año entre 2015 y 2020, en comparación con 12 millones de hectáreas anuales entre 2010 y 2015.

La información detallada por país está todavía por llegar y un informe de teledetección global está planificado para 2021, pero ya existe una gran cantidad de información en estos primeros hallazgos clave.

Actualmente, hay 4,06 mil millones de hectáreas de bosques, lo que representa el 31 por ciento de la superficie terrestre total del mundo. La pérdida neta total de bosques (suma de todas las pérdidas y todos los aumentos de bosques) entre 1990 y 2020 se estima ahora en 178 millones de hectáreas, lo que muestra una disminución importante del 40 por ciento; esto es de 7,8 millones de hectáreas anuales entre 1990 y 2000 a 4,7 millones de hectáreas anuales entre 2010 y 2020.

Esto no se ve mal en cuanto a lograr la Meta 5 de Aichi para la biodiversidad. Sin embargo, si analizamos los datos un poco más en profundidad obtendremos una idea más completa de lo que realmente está sucediendo.

  • ¿Podría hacer un resumen de lo que cree es el mensaje clave que debemos sacar de esto?

El mundo ha perdido 420 millones de hectáreas mayormente de bosques intactos desde 1990, a pesar de que la tasa de deforestación está haciéndose más lenta en algunas regiones, y de forma significativa en Sudamérica. El mundo estuvo perdiendo 16 millones de hectáreas anualmente entre 1990 y 2000, en comparación con los 11 millones anuales entre 2010 y 2020, lo que es cerca de un 31 por ciento de disminución en la tasa de deforestación anual.

El mundo ganó un aproximado de 242 millones de hectáreas de bosques durante el período 1990-2020, y si se triangulan los datos disponibles, parece que 111 millones de hectáreas se ganaron por el rebrote y los bosques secundarios y otros 131 millones de hectáreas debido al número creciente de bosques plantados que representan el 3 por ciento de los bosques del mundo.

Pero, las plantaciones, a pesar de que proveen de madera y fibras fundamentales, no son bosques intactos que generen biodiversidad planetaria vital y servicios ecosistémicos. Por lo tanto, los datos sobre la “pérdida neta de bosques” en el informe de la FAO generan algunas interrogantes, ya que parecen mezclar manzanas (bosques intactos naturales) con naranjas (bosques que rebrotaron, secundarios) y bananas (plantaciones).

El mensaje clave que deberíamos tomar de la información es que la deforestación continúa, pero debe detenerse y que los bosques intactos deben ser protegidos.  Cumplir la invocación del Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, para detener la deforestación este año requerirá un esfuerzo mucho mayor. También necesitamos incrementar los bosques plantados bien manejados para garantizar nuestras necesidades futuras  de bioeconomía y a la vez proteger los bosques intactos.

  • ¿Podría darnos su opinión sobre los bosques y la biodiversidad en relación con este informe?

El informe señala que 726 millones de hectáreas de bosques se encuentran en áreas protegidas (AP) y que 191 millones de hectáreas han sido reconocidas como tales oficialmente desde 1990. Actualmente, el 18 por ciento de los bosques del mundo se localizan dentro de áreas protegidas, con Sudamérica con la mayor proporción (31 por ciento) y Europa con la menor proporción (6 por ciento).

Leí que el Oficial Forestal Superior de la FAO, Anssi Pekkarinen, quien coordinó la evaluación, dijo: ‘Eso significa que el mundo ha alcanzado y sobrepasado, con relación a los bosques, la Meta de Aichi  11 de proteger al menos 17 por ciento del área terrestre para 2020’.

A pesar de que cumplir la Meta 11 es un gran logro en cuanto a escala, el informe de  evaluación preliminar FRA 2020 no indica qué tipo de tierra ha sido protegida y si esta mitiga la pérdida de biodiversidad de manera óptima.

Primero, la evaluación sostiene que, a nivel global, 424 millones de hectáreas de bosques han sido designadas primariamente para la conservación de biodiversidad (con 111 millones de hectáreas designadas desde 1990). Esto significa que cerca de 302 millones de hectáreas de bosques en áreas protegidas no tienen como objetivo principal la conservación de biodiversidad.

Segundo, si bien la Meta 11 impulsó la expansión de las redes de áreas protegidas a nivel mundial, existe poca evidencia de que esto produzca los aumentos en biodiversidad esperados.

La priorización basada en áreas tiene consecuencias negativas involuntarias y el énfasis de la meta del desarrollo de áreas protegidas debería ser tanto en cantidad como en calidad.

  • En 2018, un artículo publicado en Nature argumentaba que una deficiencia importante de la Meta 11 es que a pesar de que considera la expansión de áreas protegidas, pasa por alto otros criterios cruciales para detener la disminución de biodiversidad. “Más de 85 por ciento de los vertebrados amenazados no están representados en las AP, un deprimente 4 por ciento más de especies que una década antes”, sostenían los autores del artículo, e incluían una lista de deficiencias en las metas que destacaban la desconexión entre la cantidad, calidad y los resultados o cambio en la situación ecológica de las AP, planteando un desafío importante para garantizar que las metas actuales catalicen acciones políticas adecuadas. ¿Qué piensa sobre esto?

Perseguir mayor cobertura de AP no optimiza la conservación de biodiversidad y algunos ecosistemas ricos en biodiversidad que están amenazados están subrepresentados ampliamente en el 18 por ciento actual, incluyendo los bosques secos, manglares, turberas y bosques nubosos de zonas montañosas tropicales. La tasa de protección también difiere a nivel regional y nacional: Asia tiene 13,9 por ciento de AP, pero Bután tiene 40 por ciento mientras que otros 14 países en el continente están por debajo del 17 por ciento.

Además, existen demasiados ‘parques en el papel’– es decir, AP legalmente designadas donde las medidas de protección son insuficientes para frenar la degradación. Un tercio de las áreas protegidas a nivel mundial está seriamente afectado por intensa actividad humana. Sin embargo, en general, la biodiversidad es mayor y la deforestación es más baja en las áreas protegidas que están en tierras manejadas por los pueblos indígenas, con un desempeño mejor que muchas tierras protegidas de manejo estatal.

  • El informe destaca que la mayoría de bosques tiene planes de manejo. Hay planes de manejo para menos del 25 por ciento de bosques en África y menos del 20 por ciento en Sudamérica. ¿Qué piensa sobre esto en vista de las amenazas de deforestación en la Amazonía y la cuenca del Congo?

A pesar de la desaceleración económica mundial por causa de la pandemia de COVID-19, la deforestación en la Amazonía brasileña continúa. En 2019 se estableció un récord de pérdida de bosque desde que la información mensual empezó a emitirse públicamente en 2007, según los  números oficiales divulgados recientemente por el instituto nacional de investigación espacial del país (INPE, por sus siglas en portugués).

En general, hay todavía demasiados gobiernos en países desarrollados y en desarrollo que ven los bosques simplemente como reservas de madera o como obstáculos para el desarrollo.

Solo se necesitan minutos para cortar un árbol o incendiar un bosque, pero décadas para recuperarlos. No es tiempo para dormir en nuestros laureles.

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