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Se requieren enfoques alternativos para abordar la tala ilegal

Investigación evidencia que incentivos, monitoreo y transparencia son necesarios para la sostenibilidad de la madera.
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Agung Prasetyo/CIFOR.

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Hace unos 20 años, los países de la Amazonía occidental iniciaron la implementación de nuevas políticas forestales orientadas a ayudar a las comunidades y los pequeños productores a gestionar sus bosques de una forma más sostenible. A pesar de ellos, gran parte de la madera aprovechada en esta área continúa siendo ilegal. ¿Qué acciones adicionales pueden tomar los países para ayudar a proteger los bosques, y las personas que dependen de ellos para su subsistencia, en tanto que se reduce la extracción ilegal o informal de madera por parte de las comunidades y los pequeños propietarios?

Científicos del Centro para la Investigación Forestal Internacional (CIFOR) están encontrado algunas respuestas a este interrogante mediante una mediante investigación realizada en reformas de gobernanza y manejo sostenible de los bosques en Bolivia, Ecuador y Perú. Tales estudios señalan la existencia de tres desafíos principales.

“El primer desafío consiste en brindar incentivos a los pequeños productores, incluyendo financiamiento, para que puedan gestionar sus bosques de formas más adaptadas a sus contextos locales”, afirma Pablo Pacheco, investigador principal de CIFOR y quien coordina la investigación.

“El segundo desafío es implementar el monitoreo efectivo a lo largo de la cadena de suministro de madera. Y el tercer desafío es hacer que los mercados de la madera sean más transparentes con una distribución más equitativa de los beneficios a lo largo de la cadena de valor”, explica Pacheco.

Hasta el 80 % de la madera extraída de los bosques amazónicos de Bolivia, Ecuador y Perú se vende en los mercados locales. Las complejas cadenas de mercado incluyen a pequeños productores, dueños de concesiones, transportadores, intermediarios locales y agentes.

Pero muchos de estos actores, y las complejas relaciones entre ellos, no son considerados ni en las regulaciones ni en las políticas.

“Las regulaciones forestales y las normas que tienen que ver con estas, con frecuencia también fallan en reflejar las formas diversas en que los pequeños productores y las comunidades hacen uso de sus recursos forestales”, afirma Pacheco.

En la Amazonía occidental, generalmente la madera no constituye la fuente principal de ingreso para la mayoría de los pequeños productores y las comunidades. Esto sirve en cambio como una forma de ahorro, del cual hacen uso en caso necesiten pequeñas cantidades de dinero para emergencias médicas, artículos escolares y otras necesidades imprevistas.

Las reformas implementadas en los años 90 y 2000 estaban orientadas a facilitar la participación legal de los pequeños productores y las comunidades en los mercados de madera. Pero tales cambios no consideraron la economía de la producción en pequeña escala o las prácticas de los pequeños productores y las comunidades que aprovechan y venden su madera, afirman los investigadores.

Las regulaciones forestales y las normas que tienen que ver con estas, con frecuencia también fallan en reflejar las formas diversas en que los pequeños productores y las comunidades hacen uso de sus recursos forestales"

Pablo Pacheco.

En Bolivia, se han hecho grandes esfuerzos para adaptar las regulaciones forestales a la producción en pequeña escala y para mejorar la tenencia por parte de los pequeños productores como de las comunidades; pero tales esfuerzos han sido insuficientes, afirma Walter Cano, quien lideró el estudio de CIFOR en Bolivia.

“Los pequeños productores no son considerados en las normas forestales en un grado que sea compatible con el uso que hacen de los recursos forestales en la actualidad”, afirma el investigador.

Los cambios en las regulaciones de Ecuador fueron orientados a simplificar los requisitos con el fin de ayudar a los pequeños productores a desarrollar planes de manejo forestal y obtener permisos para aprovechar la madera. Sin embargo, desarrollar dichos planes es costoso y generalmente son realizados por expertos cuyo enfoque es la producción de madera a gran escala, afirma Elena Mejía, quien lideró el estudio de CIFOR en Ecuador y Perú.

“Los pequeños productores no siempre quieren extraer grandes cantidades de madera, ya que ven el aprovechamiento forestal solo como una actividad esporádica y complementaria”, afirma Mejía. “También tienden a destinar las ganancias a otros rubros en lugar de reinvertirlos en sus bosques”.

Los pequeños productores no son considerados en las normas forestales en un grado que sea compatible con el uso que hacen de los recursos forestales en la actualidad”

Walter Cano.

Cuando la extracción legal de madera es muy costosa para los pequeños propietarios o las comunidades, o cuando las regulaciones exigen tareas demasiado difíciles de completar, existen pocos incentivos para el aprovechamiento legal, lo que puede generar prácticas informales o ilegales.

Entre tanto, la demanda local de madera y tablones crece en los tres países que fueron parte del estudio, y los intermediarios satisfacen la demanda mediante la compra y venta de madera tanto legal como ilegal, con frecuencia a través de acuerdos informales con los pequeños productores o los consumidores.

“Como resultado, las personas involucradas en la extracción de madera son, al mismo tiempo, actores legales e ilegales, en grados que varían de acuerdo al tiempo y al lugar”, afirma Pacheco.

Brindar mejores incentivos para la producción legal, mejorar el monitoreo y otorgar mayor información sobre los mercados a las comunidades y los pequeños productores, son pasos cruciales para abordar el problema.

Los países podrían dar un paso adelante al ofrecer mayor acceso a créditos para los pequeños productores y otras personas de la cadena del mercado informal, quienes en la actualidad dependen de intermediarios para recibir por adelantado pagos por la madera aprovechada. Luego, los intermediarios forman parte en el pago de la madera, con frecuencia en términos inconvenientes para los pequeños productores.

Como resultado, las personas involucradas en la extracción de madera son, al mismo tiempo, actores legales e ilegales, en grados que varían de acuerdo al tiempo y al lugar”

Pablo Pacheco.

Sin embargo, los intermediarios juegan un papel importante en la cadena de mercado forestal de pequeña escala, afirma Pacheco. Estos compran la madera a varios pequeños productores, y luego la venden a consumidores que necesitan volúmenes mayores, de forma que constituyen un enlace crucial entre los vendedores y los compradores.

“Por lo tanto ellos pueden tener un rol clave en cualquier sistema creado para facilitar créditos en mejores términos para los productores de pequeña escala”, afirma Pacheco. Reorganizar los procedimientos de obtención de permisos para aprovechar madera y aceptar las prácticas de los pequeños productores, en tanto estas sean sostenibles, también ayudaría, añade el investigador.

Además el monitoreo y el fortalecimiento de las regulaciones podría ser tratado más eficientemente afirman los investigadores.

Los estudios demuestran que los pequeños propietarios venden su madera a los intermediarios, quienes la venden a otros intermediarios, quienes a su vez la venden a los grandes compradores.

“Al final, solo unos pocos actores mayores tienden a dominar el mercado”, afirma Mejía. “Nuestro estudio indica que desde un enfoque de cumplimiento de las normas podría ser más efectivo enfocarse en los aserraderos y otros grandes compradores, en lugar de quienes cortan o transportan la madera”.

También es importante que los países monitoreen el flujo de los productos forestales a lo largo de sus fronteras nacionales, afirman los investigadores. Con frecuencia en la Amazonia estos límites no están bien vigilados, lo que facilita la movilización de madera ilegal de un país a otro.

La investigación de CIFOR también señala los pasos que pueden ser tomados para hacer los mercados nacionales de madera más transparentes y eficientes para los pequeños productores y las comunidades.

“Una de las formas más eficientes de alcanzar esto sería el desarrollo de sistemas de información que recopilen  datos sobre precios y la divulguen a los pequeños productores y otras personas en la cadena de mercado”, afirma Pacheco.

Brindar a los pequeños productores y comunidades acceso a mejor información, más completa y más oportuna respecto a los precios de las diferentes especies y productos, les permitiría negociar con los intermediarios tanto los precios como las condiciones contractuales de forma más eficiente; y permitir así a los intermediarios negociar mejores términos con los compradores. Esto podría aumentar potencialmente su participación en los ingresos derivados de sus recursos forestales, según el investigador.

El estudio en los tres países ofrece información que puede ayudar a los diseñadores de políticas para que consideren la compleja realidad del aprovechamiento forestal por parte de los pequeños productores y las comunidades de la Amazonía Occidental, dice Pacheco.

Al final, solo unos pocos actores mayores tienden a dominar el mercado. Nuestro estudio indica que desde un enfoque de cumplimiento de las normas podría ser más efectivo enfocarse en los aserraderos y otros grandes compradores, en lugar de quienes cortan o transportan la madera”

Elena Mejía.

“Mediante investigación adicional podemos monitorear los resultados específicos de cambios en las políticas y evaluar qué funciona y qué no funciona”, dice Pacheco.

“Los países pueden hacer uso de esta información para hacer ajustes a sus regulaciones”.

Esta investigación fue realizada como parte del proyecto: Países emergentes en transición a una economía verde: ¿marcará una diferencia para los bosques y las personas?, ejecutado gracias al financiamiento del  Programa de Investigación de CGIAR sobre  Árboles, Bosques y Agroforestería (CRP-FTA). El objetivo del programa es mejorar el manejo y uso de los bosques, la agroforestería y los recursos genéticos de los árboles a lo largo de los paisajes, desde bosques hasta plantaciones.


El estudio de CIFOR sobre pequeños y medianos emprendimientos forestales se desarrolla gracias al soporte financiero del Departamento para el Desarrollo Internacional (DfID) del Reino Unido.


Para mayor información sobre este estudio por favor contacte a Pablo Pacheco, Investigador Principal de CIFOR y líder del equipo de investigación sobre Cadenas de valor, Financiamiento e Inversiones en p.pacheco@cgiar.org

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