Cualquier persona que haya vivido en un pueblo pequeño sabe lo rápido que todo se difunde en esos lugares. Pareciera que todos supieran todo. Siendo así, para que necesitarían un sistema formal para monitorear lo que pasa?

Lograr que la gente reflexione sobre su situación y planee soluciones de forma colectiva requiere de más que solo discusiones informales. Las distintas organizaciones locales necesitan saber dónde están, a dónde quieren ir y cómo llegar allí. Deben también convencer a las autoridades centrales para que las apoyen. Esto requiere de hechos y cifras, además de una reflexión seria.

Los investigadores y las ONGs han desarrollado métodos para ayudar a las organizaciones y las comunidades a lograr estas metas. Éstas pueden ser herramientas poderosas para mejorar el manejo forestal, así como para el desarrollo comunitario.

El artículo " La Acción Colectiva y Como Aprender a Desarrollar un Sistema de Monitoreo Local" analiza un intento por aplicar estas herramientas al manejo forestal comunitario en las Filipinas. Fue publicado recientemente en la Revista Internacional Forestal por Herlina Hartanto de CIFOR y Maria Cristina Lorenzo y Anita Frito de la Universidad de las Filipinas en Los Baños.

El artículo se centra en tres aldeas en Palawan en donde el gobierno filipino le ha confiado 5,000 hectáreas de bosque a una cooperativa local. Los autores formaron parte de un equipo que apoyó a la cooperativa y estimuló los vínculos entre ella y el servicio forestal (DENR), los gobiernos y ONGs locales, una asociación de mujeres, una asociación de pescadores, y el consejo provincial para el desarrollo sostenible.

El equipo primero sostuvo talleres para discutir las visiones hacia el futuro de cada grupo, planear actividades, y crear un marco común para monitorear el progreso. En esos talleres la cooperativa acordó monitorear el aprovechamiento de la madera, la rota, y la resina; la oficina municipal del ambiente ofreció supervisar las actividades forestales ilegales, y la asociación de mujeres aceptó supervisar los precios, costos, y mercados de las artesanías. Más adelante los grupos compartieron la información recogida a través de reuniones y de boletines de noticias e informativos.

Como resultado de estos esfuerzos, los miembros de la cooperativa ahora se sienten mejor informados sobre las actividades de sus organizaciones y participan de forma más activa. Las asociaciones de los pescadores y de las mujeres, los profesores, la juventud, y los trabajadores de la salud, quienes nunca se habían preocupado por los temas forestales, también se han interesado e involucrado; y la cooperativa ha comenzado a consultar a todos estos grupos sobre su plan de manejo forestal. Los miembros de la comunidad han aprendido más sobre cómo controlar las actividades forestales ilegales y cómo comercializar mejor sus artesanías.

Nadie dice que esto ha sido fácil. Las organizaciones comunitarias tienen preocupaciones distintas de las agencias estatales. A veces la gente tiene problemas para analizar los datos que ellos mismos producen. Algunos grupos están más comprometidos con el proceso que otros. No obstante, los resultados son motivadores. El pensar localmente ha conducido a que se actúe localmente, y eso no para allí. Cuando la gente actúa se da cuenta de qué sucede y piensa sobre lo que encuentra. Entonces actúa más.